Ella caminaba con prisa, bajo el sol su pelo brillaba con fuerza, movido por el viento. Llevaba unos shorts, mostrando sus piernas largas y ligeramente bronceadas. No pasaba desapercibida, y lo sabía. Le gustaba ser mirada. De repente le vio. Se bajó un poco las gafas de sol para asegurar que sus ojos no la estaban engañando, y al ver que definitivamente era él se subió un poco más su camiseta blanca y con la mano le saludó sonriente.
Era su mejor alumna, sin muchas habilidades deportibas a lo mejor, pero guapa. Cada vez que la veía se quedaba más sorprendido. Antes era una cría y ahora... ahora ya parecía una mujer. Su pecho había dejado de ser un simple bultito para dar paso a dos grandes maravillas que lucían bajo el sol un poco apretujados en un bikini rojo. No podía evitar mirar-la, desear-la, pensar en ella en sus momentos más íntimos imaginándola desnuda, imaginando todo lo que le haría a esa chiquilla si pudiera arrancar-le ese bikini tan rojo, tan sexy, tan apretado.
Pero todo eso solo quería imaginarlo. Era una de sus alumnas. Él ya rozaba los 30 y ella aún era adolescente. Quería pensar con la cabeza... pero la chica era tan excitante...
Empezó la clase, y con ella un juego de miradas de deseo. Dos cuerpos se deseaban al mismo tiempo. Bajo el sol aún se necesitaban más, brillaban sudorosos, bronceados... él no soportaba esa tortura, su miembro no paraba de moverse deseoso de explorar el culito de niña que se meneaba ante él... de pronto la miró. Ella le estaba mirando. Sus miradas se habían enganchado. Se devoraban. Sus labios inconscientemente se iban volviendo más carnosos, sedientos de placer.
Sin darse cuenta, la clase había terminado, las chicas se iban despidiendo de él con sonrisitas picaronas. Intentaban conquistarlo, todas sabían que tenían un bombón de profesor. Tenia la sensación que esta vez se despedían un poquito más perras de lo normal... a lo mejor se fijaron en las erecciones que había tenido durante esa mañana. Le daba igual. Solo tenía un objetivo muy claro. Quería follar a esa chica, quería hacer realidad sus fantasías, penetrarla hasta el fondo, hacerle comer su miembro... quería hacerle todo lo que se había dedicado a imaginar. Se le acercó y le dijo susurrando:
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