Como se acordaran, soy profesor universitario y tuve una rica relación sexual con Cindi, chiquilla estudiante, morena y muy buena en la cama, su marido había regresado del norte y se deshizo nuestra relación. Aún la cogi un par de veces dentro del automóvil en el parqueo de la universidad, pero el sexo fue muy rápido, unos quince minutos, mientras que antes durábamos horas follando.
En este semestre yo le doy uno de los cursos a Cindy, anteriormente siempre me coqueteaba o me guiñaba los ojos para adularme, ahora se le notaba una indiferencia total. Seguí dando la clase y también siendo un poco indiferente con ella, quise atacar el fuego con el fuego. En otro curso que daba en esa universidad, conocí a Daniela una chica blanca, un poco alta, con pecas en los hombros, de ojitos claros, de unos 20 años. Pude sentir que yo le atraía, entonces para darle celos a Cindi, la comencé a invitar a la cafetería y andaba con ella por los corredores para que nos vieran juntos. Al principio Cindi pareció indiferente, pero a medida que anduvimos con más frecuencia, ya me hacía gestos o caras cuando pasaba frente a mí. Eso me gustó, estaba funcionando.
Durante mi corta relación con Daniela, hace como diez días, más o menos, la llevé a mi apartamento, entre besos y caricias la llevé a mi cama y la desnudé, resultó que tenía un cuerpo fenomenal, senos pequeños, pero con pezones rosados, sus caderas eran bien atractivas y su vulva estaba rasuradita, dejando un pequeño triangulo de pelo arriba de su clítoris; los labios de su vagina eran largos y de color rosado también, sus nalgas eran coloradas y con buenas carnes. Por la recesión de sexo que tuve, yo estaba empalmado, le chupé todo su cuerpo, incluyendo sus dos pies, ella jadeaba de placer, pidiendo que no me detuviera. Le abri las largas piernas y le mamé su rajita, succioné sus labios vaginales y le estimulé el clítoris con la punta de la lengua, Daniela me regaló una rica eyaculación de jugos vaginales, que limpie con la lengua en el momento.
Antes de clavarle mi verga, me dio una rica chupada de falo, lo metía y lo sacaba de su boca con rapidez, aunque su técnica no era muy buena, me puso la verga con la dureza del cemento. Me subí encima y se la clave completa en su rico coñito, Daniela no era estrecha, mi verga de dos empujones se introdujo hasta el fondo de su cuevita. Luego la bombee con fuerza, levantándole las piernas para que tuviera mejor comodidad mientras la cogia. Después de satisfacerme en esa posición, la voltee quedando en cuatro, al estilo perruno, me llamó la atención su ano bien rosadito, se lo hurgue con los dedos, y le insinué que me la quería coger por su culito, pero ella me dijo que si seguíamos de novios me lo daría en otra ocasión, pero por el momento no quería, asi que nuevamente la volví a penetrar por su vagina, la tomé de la cintura para aumentar el vaivén de la follada, minutos más tarde le deposité un chorro de esperma entre sus nalgas y en su espalda. A pesar que fue un buen polvo, rápidamente pensé en Cindy y las horas de ricas folladas que pasamos juntos.
La semana siguiente, cierto día, Cindy me detiene en la entrada a la facultad y me dice un poco molesta que necesita hablar conmigo. Le dije que nos viéramos a cierta hora en mi automóvil que estaba en el parqueo. Nos juntamos a la hora convenida, ella me armó un lío adentro, diciéndome que dejara de andar con esa puta de Daniela, que ella ya le había contado a sus amigas que ya había hecho el amor conmigo, en que papel estaba quedando yo, que era un estupido y otras cosas que no recuerdo bien. Yo la calmé, no dejaba de hablar, la abracé y le di un beso apasionado, al principio quiso alejarme, pero con fuerza la retuve entre mis brazos y entre mis labios. Luego la solté.
-Cindy, Estas celosa por mi?- le pregunté.
Hubo un silencio, su boca quería decir no, pero su cabeza no la dejaba.
Quiso salir del automóvil, abrió la puerta, pero yo la tomé por el brazo y la regresé de nuevo a su asiento.
-Déjame, quiero ir a recibir clases todavía!- me dijo.
La volví a abrazar y busque su boca con mis labios, no hubo ninguna oposición esa vez, rápido nuestras lenguas se entrelazaron como antes, la solté y sin perder tiempo arranqué el auto y la llevé al motel más cercano que estaba de la universidad.
Entramos al cuarto, nos besamos fuerte y con lujo de fuerza la desnudé totalmente, le besé sus tetas y las succionaba con fuerza, más de lo normal, lo cual la puso incomoda.
-Tu marido te mama las tetas como yo??- le preguntaba con tono fuerte. Mientras seguía jalándole los pezones con los labios.
Luego bajé a su coñito rasurado y le metí la lengua entre sus labios vaginales, siguiendo la línea de su rajita, ella se retorció en la cama degustando mi lengua.
-Asi te la mamó tu marido??- le volví a preguntar. Mi lengua revoloteaba por todo su coñito moreno.
Cindy abrió las piernas al máximo y me jalaba los cabellos, aprovechando esto pude meter la punta de mi lengua dentro de su vagina que estaba mojadísima. Ella gimió como un putita y se vino a chorros, inundando su vagina con sus jugos íntimos.
Me incorporé, me coloqué entre sus piernas y puse sus pies en mis hombros, y luego guiando mi falo con la mano, la penetré sin mucha dulzura como antes lo hacía, sino salvajemente, con varios pistoneos fuertes de mi verga se la metí hasta los ovarios, luego con un vaivén acelerado la follé sin lástima, sin palabras de amor y sin caricias, ella gemía y me pedía que me detuviera, que le dolía. Yo no oía razones, solo quería cogerla sin piedad, ya que estos días no era solo mi amante, sino que también había cogido con su marido. Mi verga entro a un ritmo frenético, sacaba mi verga a la altura de mi glande y luego con un empujón la metía dentro de su vagina hasta que mis cojones toparan en sus nalgas. A pesar de sus lamentos, Cindy se vino un par de veces, la última fue un orgasmo monumental, entre quejidos empezó a decir:
-Cogeme duro mi amor, destrózame la cuca!-
-Nadie me coge como tú!- y también los gemidos que yo ya conocía.
Al rato la volteo boca abajo y sin esperar que se ponga hincada boca abajo, le pongo mi verga en la entrada de su ano, sin lubricación, solo la que tiene mi verga que ha estado dentro de su vagina mojada, la penetró con fuerza, mi glande abre su esfínter con dificultad, Cindy grita, pero yo no le hago caso, sigo empujando mi verga que se introduce entre su recto, hasta que toda lo longitud queda bien adentro. Nuevamente comienzo a bombeársela adentro, ella grita y gime pidiendo que me detenga, yo sigo culiandola fuerte, la tomo por los hombros para que me sirva de apoyo para metérsela toda con más fuerza, sus nalgas parecen bolsas de agua moviéndose de arriba para abajo por los movimientos de cintura que le doy. Sigo asi varios minutos cogiendo su culo sin misericordia, hasta que ya no puedo retener mi clímax, un chorro enorme de semen sale de mi verga y se deposita en su recto, sigo moviéndome adentro hasta sacar hasta la última gota de semen y hasta que mi verga deja de palpitar en su ano.
Gotas de sudor caen de mi frente y caen en su espalda. Nos quedamos tendidos en la cama un buen rato. Luego nos incorporamos, son pocas las palabras que nos cruzamos, pero ya en el automóvil de regreso, le pregunto si es feliz con su marido y si ya no le hago falta; ella me da un beso en la mejilla y me escribe el número nuevo de su celular, me dice que la llame y que ella buscará la forma de vernos más seguido y con más tiempo.
Eso fue la semana pasada, de ese día para esta semana hemos cogido dos deliciosas veces, en una de ellas la excusa que dio a su marido fue que iría con un grupo de estudio para repasar para el examen y la otra era que un profesor le daría un repaso a varios estudiantes para los exámenes. Yo estoy muy contento y mi verga también. Lo mejor son dos cosas, Daniela quiere seguir cogiendo conmigo y la segunda es que parece que el marido de Cindy quiere regresarse al norte, no se cuando..Espero que sea pronto!.