Desde pequeña, Jenny era como mi protegida. Andaba casi siempre con Yadira y conmigo cuando éramos novios. Así que nos tenemos bastante confianza. Por ello la invitábamos a pasar fines de semana en nuestra casa que estaba a tres horas de camino.
Cierta vez que Jenny estaba en casa y como Yadira trabajaba como enfermera en un Hospital y en esos días le tocaba su turno de noche sucedió la historia siguiente.
Recientemente habíamos adquirido un Jacuzzi que se instaló en el patio de atrás de la casa, y lo habían terminado de colocar por la tarde de ese día.
Jenny me pidió que estrenáramos el Jacuzzi, a pesar que yo le había dicho a Yadira que la esperaría para el lunes (ese día era sábado en la noche) que ya no tenía turnos en el hospital. Sin embargo, acepté la propuesta, solo de imaginarme a Jenny en bikini, y admirar ese par de tetas que a veces me quitaban el sueño. Le dije a ella que la condición era que no le dijera nada a Yadira su hermana. Asi que la llenamos y pusimos a funcionar el Jacuzzi.
Me puse mi bañador, que era bien apretado y corto dejando ver fácilmente mi bulto, y lo era más cuando la tela estaba mojada. Me metí de primero, esperando a Jenny, quien aún permanecía en su habitación cambiándose. El agua estaba tibia al inicio, pero fue ganando temperatura poco a poco.
Jenny apareció ante mí. Como describirla?, llevaba puesto un top del bikini diminuto, con tirantes que venían de alrededor del cuello, la mitad de sus senos estaban descubiertos a los lados, se podía ver bien la circunferencia. La parte de abajo o el calzón del bikini eran a media nalga. Jenny se veía rica!. Muchos pensamientos morbosos inundaron mi mente, sus piernas eran delgadas pero bien torneadas, sus nalgas aunque no eran completamente paradas, pero tenían la forma de un corazón.
Rápidamente tuve una erección salvaje, el glande de mi verga salía del traje de baño, pero como estaba debajo del nivel del agua no se notaba.
Durante el rato que estuvimos platicando sentados dentro, Jenny que estaba frente a mi, con su busto apenas sobre el agua, me colocaba sus pies sobre mis muslos y los restregaba, esta acción era muy sensual y erótica. Al cabo de unos minutos, la plática giró en relación al sexo. Mientras eso sucedía le tomé unos de sus pies y lo empecé a masajear suavemente. En ocasiones lo llevaba hasta mi bulto y lo restregaba con disimulo. Le fui preguntado si había tenido novio y si ya había hecho el amor con él. Jenny se ruborizó y por la acción del agua caliente, del masaje a sus pies y el estar con un hombre semidesnuda en un jacuzzi, me confesó que ya lo había hecho con él un par de veces, pero en ambas ocasiones había quedado insatisfecha.
El calor de ambos subía rápidamente, por la conversación y por el agua caliente; de los pies me pasé a masajear sus pantorillas hasta la rodilla, mientras que sus pies descansaban sobre mi bulto, en ocasiones ella también lo friccionaba suavemente con disimulo.
-Por qué no te colocas aquí sentada entre mis piernas y te masajeo la espalda? Le ofrecí.
Sin pensarlo dos veces, Jenny se sentó entre mis piernas colocando su trasero pegado a mi bulto que estaba por explotar, ella lo habrá sentido de eso estoy seguro. Empecé a masajear su espalda, seguimos charlando y volví a tocar el tema sexual, le preguntaba que partes le gustaba que le tocaran cuando hacía el amor y que partes le gustaba tocar. Ella contestaba ruborizada, no tanto por que fuera inocente, sino porque no son temas que tu puedas platicar con cualquiera.
-Me gusta que me besen el cuello y los hombros- me confiesa
-Asi!- le dije, y como estaba de espaldas a mi, con mi boca y lengua le chupe su cuello delicadamente. Ella sintió lo húmedo y caliente de mi aliento y saliva e instintivamente retiró su cuello.
-No te gustó?- le pregunté
Hubo una pausa.
-Sí, pero me tomaste desprevenida- me contestó
Esa respuesta me dio ánimos para volver a la carga, le lamí la circunferencia su cuello y bajé a sus hombros donde le dí unos chuponcitos con los labios. Ella ya no se retiró, y dejó que se lo hiciera.
Seguí besando y chupando su cuellos, hombros y baje a sus brazos. La calentura entre los dos era fuerte. Con los dientes le desaté los tirantes de su top, los cuales iban a descubrir sus lindas tetas, pero ella detuvo la caída de su top justamente a la altura de sus pezones. Mientras le besaba la espalda, la rodee con mis brazos en su cintura, rozando sus tetas por abajo. En eso Jenny empezó a gemir y a cerrar sus ojitos, lo cual era un indicador que la nena se excitaba. Delicadamente retiré sus manos que sostenían el top de su bikini, este cayó al fondo del jacuzzi, por fin quedaron libres sus enormes tetas, las cuales acaricie lentamente, hasta que llegué a sus pezones, los cuales se erectaron inmediatamente después que los toqué con la yema de mis dedos. Jenny seguía gimiendo pura gatita en celo.
Le volteé la cabeza y busque sus labios, rápidamente nuestras bocas se juntaron con excitación y nuestras lenguas se frotaron con furia. Mis manos estrujaron por primera vez su precioso busto.
-Te gustan mis senos?- me dijo quedamente.
-Si, son preciosos!!- le contesté enseguida.
-Son tuyos esta noche!- me indicó Jenny.
Esto fue música para mis oídos, la senté de lado sobre mis muslos y le empecé a devorar sus magnificas tetas, se las chupé por todos lados, tal y como lo había hecho en mis fantasías. A sus pezones los apretaba con mis dientes y con mis labios, me pasaba de una teta a otra mamándolas como si quisiera comerlas. Jenny ya jadeaba de pasión e intentaba besarme el cuello.
Estuvimos varios minutos en ese juego. Cuando sacié mi deseo con sus tetas. Le dije que estaríamos mejor en mi habitación. Ella no dijo nada, pero se dejó llevar cuando la tomé de la mano para salir del jacuzzi atravesar la sala y llegar a la habitación. La senté en la orilla de la cama, volví a apreciar el don que la naturaleza le había dado a través de sus tetas, se las volví a mamar acostándola sobre la cama. La seguí mamando en su ombligo, luego su vientre y con los dientes le bajé su calzón del bikini y ayudado con las manos lo deslice hasta sacarlo completamente. Su coñito estaba rasurado y solo tenía una línea vertical de pelitos, sus labios vaginales eran protuberantes, se veía deliciosa su fruta prohibida. Le abrí sus piernas delicadamente y comencé a besarle y chuparle sus muslos internos, ella puso sus manos sobre mi cabellera. En forma lenta fui llegando con mi boca y lengua a su rajita, ella arqueo su espalda cuando sintió mi lengua recorrer la rayita de su raja, con mis dedos abrí sus labios vaginales y chupe el interior de su vulva, la cual estaba mojadita y caliente por dentro. Seguí lamiendo su interior hasta llegar a su clítoris, en ese momento Jenny me jaló los cabellos y gimió fuertemente, por su vagina bajó su eyaculación, deliciosos jugos agridulces que lamí y trague. Seguí varios minutos en su gruta, mamándosela toda, hasta que Jenny contorsionó su cuerpo debido al orgasmo que le invadía.
Me retiré de su coñito y me subí encima, ella abrió un poco más sus piernas, adivinando lo que se venía, busque su boca y nos besamos nuevamente, mientras eso sucedía acomodé mi verga entre sus labios vaginales y la penetré lentamente, en ese momento mordió mis labios suavemente, mi verga se deslizó poco a poco dilatando sus estrechas paredes de su vagina, la lubricación y mi saliva facilitaron la operación.
Finalmente la tenía ensartada hasta adentro, ella levantó un poco más su pelvis, para recibirla toda, luego le empecé a dar largos bombeos con mi polla, sacándola lentamente y ensartándola con furia. Jenny gemía como una puta y me pedía que no parara. Elevé mi torso separándolo de su cuerpo, con eso tenía más facilidad de penetrarla rítmicamente. Ella acariciaba mi pecho mientras la follaba. Poco a poco los dos nos movíamos endiabladamente sobre la cama y jadeábamos de placer. Jenny pronunció un largo gemido y tuvo su delicioso segundo orgasmo, mientras yo seguía ensartándola.
Cuando sentí que estaba por venirme, desaceleré el ritmo de la penetración, no quería acabar todavía y ya me encontraba al límite. Tratando de reducir la excitación, me salí de su vagina y me puse a mamarle las tetas nuevamente, chupándolas con fuerza en sus pezones, luego bajé a su vagina que estaba dilatada y abierta, le chupe la orilla y sus labios vaginales, metí la punta de mi lengua dentro de ella, saboreando su eyaculación reciente. Metí mis manos debajo de sus nalgas y la levanté para chuparle su apretado culito, mi lengua recorrió toda la circunferencia de su agujerito colorado, intenté penetrarla con la punta, pero estaba bien cerradita, evidenciaba que su culo era virgen aún, lo cual me calentó nuevamente.
Ya perdida la sensación de venirme, me subi nuevamente encima y la ensarté de un solo golpe, Jenny enjutó sus piernas y las colocó alrededor de mi cintura apretándola. La galopé otra vez con largos y profundos bombeos dentro de su vagina. Realmente le estaba pegando una buena y larga cogida.
Después de follarla por varios minutos y calculando la venida de su nuevo orgasmo, aceleré el ritmo, la cama hacia bastante ruido como queriendo derrumbarse, y finalmente entre quejidos y jadeos los dos iniciamos los últimos toques de nuestra venida; ella primero se vino con largos jadeos, y unos segundos después, me coloque con las piernas abiertas casi sentado sobre su pecho, puse mi verga entre sus tetas y me masturbé apretando sus senos contra ella. Mi verga se friccionaba fuerte en medio de sus grandes tetas, hasta que mi polla comenzó a expulsar un chorro de esperma que fue a parar justo a su cuello y quijada. Estuve moviéndome un rato todavía, hasta que saque la última gota de semen.
Sin perder mucho tiempo, le pedí a Jenny que se colocará en cuatro, ella metió una almohada bajo su busto, para que no colgaran mucho por su demasiado peso, me puse por detrás de ella, levanté su trasero y antes de penetrarla le di una repasada a su culito, lamiéndolo y bajando a su vagina para hacer lo mismo. Asi también lo hice para darle tiempo a mi polla para que se volviera a erectar.
La cogi nuevamente, insertándosela en la vagina, me sujeté de sus caderas y sus nalgas para bombeársela hasta el fondo. En esa posición siempre he pensado que existe una mayor penetración adentro de la vagina. Mi Jenny gemía y contorsionaba su trasero frenéticamente, se evidenciaba que sentía mayor placer.
-Me la tienes hasta adentro!- me exclamó
-Tu coñito se lo merece!- le contesté
Mientras le bombeaba profundamente mi polla, inicie con los dedos a hurgarle su culito, lo sobaba, le insertaba la yema de mi dedo mayor, ella movía su trasero como degustándolo; ensalive mi dedo y le incrusté la mitad en su culo, ella quiso retirarlo con una mano, pero lo impedí, seguí manoseando su culo moviendo mi dedo adentro afuera de su agujerito, en pocos minutos mi dedo se metía completamente, su esfínter se estaba dilatando, mientras eso sucedía yo no dejaba de bombear mi verga dentro de su vagina. Un segundo dedo acompañó al primero, a pesar que Jenny se quejó un poco de dolor, yo movía mis dos dedos dentro de su ano. Ya estaba lista!.
Saqué mi verga empapada de los líquidos vaginales de Jenny y la coloqué en la entrada de su culito, la empujé con mi vientre y el glande casi entro en el primer empujón.
-Despacio, que nadie me la ha metido por allí!- exclamó Jenny
-Tranquila preciosa, solo relájate y goza el momento!- le contesté
Seguí empujándola, el glande entró totalmente, luego el tronco se deslizó por su canalito estrecho bajo mucha presión. Me detuve para que ella tomará aliento. Luego continué con la penetración, en unos segundos más mi verga estuvo totalmente adentro de su recto. Lentamente fui bombeando mi verga dentro de su culo, lo hacia despacio para evitar que le doliera demasiado. Ella gemía entre placer y dolor.
Poco a poco ella le fue sintiendo gusto al sexo anal. Después de varios minutos mis movimientos hacia dentro fueron aumentando de ritmo y mi verga salía y entraba ya de su culito sin problemas. La fricción con su esfínter fue ocasionando que Jenny jadeara de placer y estaba por anunciar su primer orgasmo producido por la penetración de su culito. Yo también ya estaba en el límite del no regreso, una par de culeadas más y mi verga explotó en chorros de semen dentro de su recto, hasta que mi verga dejó de palpitar la saque de su agujerito. Ella se desplomó sobre la cama y yo sobre ella, de su culito salía un hilito blanco de esperma y mojaba su vagina.
Nos besamos un rato y luego la invité a seguir bañándonos en el jacuzzi nuevo. Lo hicimos, ya había más confianza, a cada rato nos dábamos ricos y húmedos besos, más adelante la penetré en el jacuzzi, ella se sentó sobre mi verga y me galopó la verga, sus tetas me quedaron frente a mi cara, y podrán imaginar que me di otro agasajo con ellas.
Casi a la media noche, nos despedimos y cada quien se fue a su habitación.
Mi esposa llegó por la mañanita, no se dio cuenta de nada, ya que habíamos vaciado el jacuzzi. Se durmió casi toda la tarde para estar lista para el otro turno nocturno.
Esa segunda noche, estaba viendo televisión en mi habitación, con solo unos boxer puestos, cuando tocan la puerta, era Jenny, llevaba puesto un camisón de dormir transparente que dejaba ver la belleza de su busto y con una tanguita de esas que están metidas entre las nalgas. –Puedo ver Tv contigo?- me preguntó, yo ya sabia la intención de su insinuación. –Claro métete aquí conmigo!- le contesté.
Lo que siguió se lo imaginan!, a los dos minutos ya estaba sobre ella, mamándole sus tetas para luego terminar en su coñito abierto. Cogimos rico y largo esa segunda noche, la follé salvajemente en su vagina y en su culito que me pertenecía. Descargué leche en ambos agujeritos. Sin mencionar de la rica mamada de verga que me dio previo a cogérmela.
Desde esa noche somos amantes, ella corto a su novio. Cada vez que llega a mi casa cogemos rico, hacemos muy buena pareja en la cama, hasta ya aprendió a masturbarme con sus tetas. Hay semanas que la deseo tanto, que hago el viaje a la ciudad donde vive, durante las horas de trabajo, la buscó, alquilo un motel y la poseo. No sé si es obsesión, pero son los mejores momentos sexuales de mi vida.