La mamá de Maria, desde hace varios meses me ha pedido que le de clases privadas a Maria (yo soy docente universitario), pero no he querido por que he tenido la percepción que Maria es muy fresita y solo me metería en problemas. Sin embargo, esa vez ella, la mama de Maria, me rogó porque le diera clases, ya que ella iba muy mal en un curso y podía reprobarlo. Finalmente acepté hacerlo.
La semana siguiente, Maria llegó a la casa, siempre llevaba la faldita del Colegio donde estudiaba, arriba de las rodillas, dejando ver unos muslitos deliciosos, llevaba la camisa blanca que dejaba apreciar su sujetador sin mucho problema.
Durante las clases me di cuenta que mi apreciación sobre Maria era incorrecta, era muy divertida, y sumamente inteligente, aprendía con mucha rapidez que me dejaba atónito. Sin embargo empezó a existir una atracción entre los dos, nos veiamos a los ojos y nos quedamos viendo uno al otro para luego sonreírnos.
En cierto día, mi esposa e hija habían salido, llegó Maria como de costumbre y luego de unos minutos estudiando, luego de resolver un problema difícil, nos reímos celebrando y cuando subimos nuestras cabezas, nuestras caras y labios quedaron casi tocándose. Nadie se quitó, hubo un silencio de unos segundos, que parecieron meses, mis labios se juntaron con los de ella, nuestras lenguas hicieron lo mismo, es el beso más delicioso que yo recuerdo en mi vida. Estuvimos unos 10 minutos besándonos apasionadamente.
La atraje a mi silla, se sentó en mis piernas y seguimos besándonos con lengüita. Mis manos lentamente se dirigieron a sus lindos muslos, manoseándolos, los acaricie, ella no opuso ninguna resistencia lo cual me insto a seguir hacia arriba, toqué sus braguitas diminutas y acaricie su bollito sobre sus ella, abrió un poco sus piernas para aprobar mi acción. Acto seguido metí mi mano dentro de sus braguitas y toque su depilado sexo, que linda rajita tenia, la repase con un dedo, realmente tenia un bollito bien pequeño, el más pequeño que había tocado en mi vida. Saqué mi mano y me lleve los dedos, con los cuales la había tocado, a mi boca oliendo y saboreando el rico sabor de su bollito.
Luego que la calentura estaba al máximo entre ella y yo, le pedí que se parara y se sentara en la mesa donde estudiábamos, le desabotone su camisa y después le quite el sujetador, quedando al descubierto un par de tetitas preciosas, con rosados pezones, duritas, las tome entre mis labios y las chupé delicadamente, Maria gimió por primera vez, -Ahhh tio que me estas haciendo- No respondí, solo seguí mamando y chupando esas lindas colinas juveniles, mientras con las manos le acariciaba sus muslos, subiendo la falda y dejando al descubierto sus diminutas bragas.
Al rato la recosté en la misma mesa, le saque sus calzoncitos blancos y me agaché para sentir el olor a hembrita caliente, luego, empecé a chuparle su bollito casi sin pelitos, que ya estaba bien mojadito y caliente. Maria se contorsionaba en la mesa mientras el comía su sexo y me tomaba de la cabeza restregándosela en su coñito, como queriendo que las chupadas fueran más profundas. Durante esta mamada le hice venir dos veces, Maria gimió como una perrita, y depositó sus deliciosos jugos agridulces que emanaba por su vaginita, en mi boca. Con los dedos separé y abrí su rajita para llegar con mi lengua a lo más profundo de su pequeña gruta.
Me separé de ella, me baje los pantalones y le pasé mi verga por toda su vulva, friccionándola contra sus labios vaginales y contra su clítoris, luego la embestí lentamente, queriendo disfrutar cada centímetro de su calientito túnel, hasta que al final entro toda mi verga, al principio creí que no le entraría por lo pequeño de su vagina, pero se tragó mis respetables ocho pulgadas y media. Cuando termine de penetrarla me detuve para contemplarla allí acostada, era fantástico tener una chiquilla como ella acostada esperando que la follara. Luego la pistonie con furia hasta que ella gimió como una putita.
-Que metida de verga la que me estas dando tío- me dijo. –Te gusta mamita, te gusta mi rica verga?- le repetía.
La seguí cogiendo en esa posición por varios minutos, en ocasiones trataba de variar la posición poniéndome una pierna en cada hombro o las dos piernas en un solo hombro, con esto lograba la máxima penetración. Su bollito se tragaba entera mi verga, logrando una buena fricción por su estrechez. Estaba por venirme.
Antes de correrme, me la lleve al sillón de la sala e hice que se sentara en mis piernas de frente hacia mi, de ese modo podía follarla, que ella manejara los movimientos, mientras sus tetitas me quedaban frente a mi boca. La ensarte nuevamente y ella comenzó a cabalgar mi verga, mientras yo mamaba sus pequeños senos. -Que locura aquella!-, rápidamente aumentamos de velocidad en los movimientos de nuestras pelvis, le mordí suavemente sus pezones, los dos gemíamos tan fuerte, que mas de algún vecino curioso pudo escucharnos. Al final, empecé a echar mi esperma dentro de Maria, no me dio ni tiempo a sacársela por la posición en que estábamos, la cantidad de esperma era tan extrema que salía de su vaginita hinchada. Ella me abrazo, diciéndome –que rico lo que me hiciste tío-
-Te gustó Mariita linda?- Respondí. Ella movió la cabeza afirmando.
Nos vestimos, no se dijo ninguna palabra, se despidió y se marcho a su casa. Yo me quede con un sentimiento de culpa, pensando que talvez me podía delatar y se volverá aun gran problema.
Maria regresó a sus clases días después, durante el estudio nadie comentó nada. No sabia que decirle. Finalmente unos minutos antes de retirarse me tomó de una mano y se la puso en su muslo más cercano y me dijo -Te gustó tío lo del otro día?- -Claro, me encantó!- le respondí. -Te gustaría repetirlo?- me volvió a preguntar, -Me encantaría?. Entonces tío te dejó la responsabilidad de planearlo.
- A las dos semanas, la lleve a un motel y ya en la habitación me acosté y le pedí que se desnudara para mi, que quería ver como se despojaba de su ropa colegial. Lo hizo hasta quedar completamente desnuda, era una preciosura de adolescente, sus turgentes senos y su vulvita con poquitos pelitos eran comibles. La hice sentarse sobre mi boca, le metí la lengua hasta los ovarios!!, que rica vagina tenía!, se chorreó sobre mi boca dos veces, me restregó su sexo en toda mi cara, que quedó llena de sus fluidos vaginales viscosos. La puse en cuatro en la posición perruna y la ensarté con furia, me paré en la cama para meterle hasta los cojones, yo estaba super excitadísimo, la embestí con fuerza sujetándome de sus caderas y de sus hombros. Mis bombeos eran profundos dentro de su bollito. La hice venir otra vez en esa posición.
Luego, la cargue de modo que quedara con sus piernas rodeándome la cintura, yo estaba de pie, se la meti de un solo golpe, debido a que su vagina ya estaba muy lubricada y ella se movía sobre mi verga de arriba a abajo, luego apoye su espalda en la pared de la habitación y la embestí con furia, Maria me aruñaba la espalda y jadeaba como una perrita, en pocos minutos le deposité mi venida en el interior de su coñito. Nos tiramos a la cama y descansamos, luego para volver a reponernos hubo nuevamente sexo oral.
Degustamos casi dos horas de sexo caliente, la penetré en unas varias posiciones distintas, le eché esperma unas tres veces, ella tuvo al menos unos seis orgasmos deliciosos.
Aun me cojo a mi sobrina Maria, ya no tan seguido, porque ya no le doy clases, pero la veo cada dos semanas, nos ponemos de acuerdo en vernos en algún lugar, -que rica está cada vez que lo hacemos!, he visto como ha desarrollado su cuerpo de mujer a pura verga. He pensado que si nos sorprenden o averiguan puede ser mi ruina, o también que resulte embarazada, ya que a veces no usamos ningún método porque se nos acaban los condones en el motel, pero bien vale el riesgo, ahora quiero su culito, ya se lo dije.