Trabajaba para una empresa como Director Distrital y como todos los años, la empresa reunía a todos los directores del país en un Hotel cinco estrellas por tres días y dos noches para realizar la planificación y proyección de ventas del año siguiente. Éramos varios, entre hombres y mujeres. Yo compartía la habitación esa vez con Alberto, quien me presentó a dos amigas directoras, Cristina y Alva.
Alva fue quien llamó mi atención, era una mujer de 25 años, llenita pero no gorda, tez blanca, cabello castaño a los hombros, su principal atractivo eran sus dos arquitectónicas nalgas, las cuales no era muy prominentes, sino que es tipo de nalgas que se abren hacia los lados, es decir hacia fuera, eso y sus dos lindas piernas largas la hacen una mujer deseable. Ahh, y sus dos tetas son de tamaño mediano, firmes.
Durante toda la jornada del primer día, nos hicimos muy amigos los cuatro, estuvimos en el mismo grupo de trabajo, llenamos los formatos e hicimos la presentación final del primer día. De noche, nos fuimos todos al bar del hotel. Allí supe que Alva era casada hacía dos años, sin hijos. Estuvimos bebiendo y bromeando entre todos. Cómo el lugar era bar y discoteca invité a bailar a Alva, mientras que Alberto lo hacía con Cristina. Bailamos bastante tiempo y diferentes tipos de música, cuando pusieron música romántica, no dejé que se fuera a sentar Alva y la jalé y la tuve pegada a mi cuerpo, con una mano en su espalda en ocasiones la empujaba hacia mi, para que se restregara a mi cuerpo, nuestros vientres estaban muy pegados y mi mano amenazaba a bajar por su espalda a sus preciosas nalgas. Pensé que Alva me detendría, pero no fue asi, era obvio que yo le gustaba, estuvimos bailando varias piezas en la misma posición. En una de ellas, hice que restregara su vientre contra el mío, mi verga terminó por erectarse al máximo bajo mis pantalones, al parecer ella se fijó, pero solo se sonrió conmigo de forma picara. El efecto del licor ingerido estaba haciendo su efecto desinhibidor. En la siguiente pieza romántica le di unos besitos en su cuello, al principio me dijo que no porque era casada. Sin embargo a los dos minutos estaba volviéndolo a hacer, esta vez ya no se negó. Luego de besarle el cuello lo hice con su mentón, después con sus mejillas y finalmente mis labios tomaron sus labios, eran suaves y tersos. Nos quedamos unos 30 segundos en esa posición, con movimientos lentos. De repente que ella me separa y me dice que no es bueno eso.
Nos fuimos a sentar con Alberto y Cristina quienes estaban tomados de la mano. Decidimos irnos a las habitaciones a dormir.
Al llegar a la habitación de Alva y Cristina, quienes la compartían. Algo le dijo Cristina al oído de Alva ambas se vieron con una sonrisa morbosa, y luego Cristina entró a la habitación con Alberto, quien se despidió de mi con la mano arriba y cerró la puerta. Alva se quedó conmigo en el pasadizo, yo sabia que tendríamos que dormir en la misma habitación. La tendría toda la noche!.
Al entrar a la habitación, la tomé por la espalda, la abrace y le dije al oído.
-Esto es el destino y asi lo quiso-
Le lamí el cuello y metí la lengua a su oído derecho. Ella se dejó hacer. Luego con las manos la rodee y acaricie sus senos sobre su blusa. Seguí besando su cuello hasta excitarla, a continuación mi manos bajaron de sus tetas a su vulva, siempre sobre su vestido. Después levanté la falda y la acaricie sobre sus bragas, ella hizo su trasero hacia atrás y lo restregó contra mi paquete ya erecto.
Estábamos en ese movimiento erótico, cuando decidí meter una mano entre sus bragas y acariciar su monte de venus que era escaso porque se rasuraba, busque hacia abajo su rajita, con dos dedos se la recorrí hasta llegar a la entrada de su vagina, la cual acaricie por encima, la chica estaba tan mojada que mis dedos se empaparon. Para ese momento Alva gemía pura gatita.
Asi parados a media habitación, yo a su espalda, me hinque y por detrás le bajé sus bragas hasta el suelo, luego levanté la falda para admirar ese par de nalgas que traia locos a muchos hombres en la empresa. De veras que eran casi perfectas, parecían dos globos de carne que se abrían naturalmente para dejar una pequeña vista de su rajita y de su arrugado culito. Excitado por esa vista le pasé la lengua desde el inicio de su espalda pasando por su culito, en donde hice varios circulitos alrededor de su ano, hasta que llegue a su rajita mojada, alli me dirigí su clítoris el cual apreté con mis labios en esas posición difícil, ya que lo estaba haciendo por detrás. Alva apretaba sus labios y disfrutaba del sexo oral que le estaba recetando. Ella abrió más sus piernas para que mi cabeza entrara bien entre sus piernas y mi lengua pudiera recorrer toda su rajita hasta sus vellos púbicos, jalé sus labios vaginales con la boca y los estiré delicadamente, Alva jadeaba frenéticamente tomándome por los cabellos, más de algunos le quedaron en sus manos.
La pasión era inmensa y la calentura estaba al máximo. La coloque contra la pared de la habitación y de espaldas, siempre de pie, luego de sacarme la verga del pantalón la coloque en la entrada de su gruta y la penetré de un empujón, Alva gimió como una puta cuando se sintió penetrada por mi verga. La lubricación de su vagina facilitó la introducción. Seguí incrustándola en el coño hasta que estuvo completamente adentro, su interior estaba calientisimo. Luego inicié a pistonearle mi pedazo de carne sujetándome de sus caderas y de sus lindas nalgas que estrujaba constantemente, mis bombeos fueron profundos y secos, ella se dejaba penetrar disfrutando de mis movimientos que la hacían gozar placenteramente en varios momentos ella ayudaba contoneando sus nalgas.
Estuvimos cogiendo asi por varios minutos, hasta que oí a Alva obtener un buen orgasmo, mientras pedía que no detuviera el ritmo de la follada, pude sentir su venida que me mojaba la verga por dentro.
A continuación, saqué mi verga de su interior y la tomé de la mano y la llevé a la cama, la acosté, en un minuto me quité la ropa, luego extraje su falda y su blusa, Alva quedó totalmente desnuda, realmente era muy atractiva, le abrí sus piernas y empecé a comerme su vagina, mis chupones y mis lengüetazos eran tan intensos y profundos que pude saborear su venida anterior, los líquidos eyaculados por su coño eran amargos y los trague a través de mi garganta. Ella tomaba nuevamente mi cabeza y en un acto de lujuria lo restregó contra su sexo, lo que aproveché para meterle mi lengua dentro de su vagina dilatada y abierta. Alva seguía gimiendo y jadeando de gusto, hasta que obtuvo su segundo orgasmo.
Luego de comerle su coñito, le pedí colocarse en cuatro sobre la cama. Era la pose que se merecía un culo asi, tenia su trasero frente a mi, listo para mamarlo. Le lamí y chupé cada centímetro de sus ricas nalgas, haciendo pausa en su culito y luego en su raja, ella movía su trasero sintiendo gusto por el sexo oral que le daba. La punta de mi lengua jugó con culito e intentó penetrarle, pero este estaba apretadito. Mientras me lo comía inserté dos dedos entre su vagina y los moví con ritmo acelerado haciéndole una rica masturbación. Los dedos entraban hasta los nudillos, sacándole gritos de pasión a Alva. Ella ya estaba lista!.
En cuestión de segundos me coloque detrás y la volví a clavar profundamente hasta que toda mi verga estuvo adentro de su cuerpo, Me aferré de su cinturita para incrustarle hasta el último centímetro de verga. Después se la moví por dentro con un rico mete-saca que la hizo venirse de nuevo en los siguientes minutos, sus gemidos fueron acompañados de contorsiones de espalda y trasero, yo seguía entretenido follándola duro, era rico estar metiendo mi verga mientras contemplaba su delicioso par de nalgas moviéndose. Al poco tiempo de su venida, aceleré el ritmo buscando mi propio climax, y poco más tarde me estaba viniendo dentro de su rajita, que llené de una buena dosis de esperma caliente. Alva movió su culo hacia mi vientre restregándolo, queriéndome sacar hasta la última gota de semen.
Sin perder totalmente la erección, la coloque boca arriba en la cama y me subi encima para que la mamara, ella hizo un exquisito trabajo!, limpiándo todo el tronco de mi esperma y de sus jugos vaginales, cuando hubo terminado bajé mi verga para volverla a penetrar, sus largas piernas se sujetaron de mis caderas e iniciamos un ritmo salvaje para follar, con movimientos fuertes hacia dentro y hacia fuera. Le busque las tetas para mamarlas mientras cogiamos rico, le chupe cada teta incluyendo sus pezones, mi boca intentó succionar cada rica montaña carnosa. Al rato me separé de sus tetas para levantarle la pelvis con mis manos debajo de sus nalgas, esto era para logar máxima penetración en su vagina. Alva chillaba de placer. Le estimulé su clítoris frotándolo con mis dedos, Alva respiraba profundamente evidenciando que estaba por venirse nuevamente. Aceleré el bombeo de mi verga, y en un sonoro gemido terminamos juntamente, su vagina chapoteaba entre semen y su eyaculación de líquidos vaginales, finalmente me desplomé encima de ella, aún con mi verga dentro. Hasta que se fue retrayendo y volverse una nada.
Permanecimos asi un buen rato. Alva fue la primera en levantarse e ir al baño a limpiarse. Yo la seguí después. Nos acostamos y dormimos hasta el amanecer.
En la mañana al despertar, volvimos a fornicar antes de ir a desayunar. Alva me cabalgó la verga moviendo sus hermosas nalgas para todos lados. Hasta que me hizo venir dentro de ella. –Te gustó los buenos días que te dí!- me dijo con voz melosa.
Teniamos cierta afinidad sexual no cabía duda!.
Durante el evento de ese dia siguiente teníamos que disimular para no levantar sospechas con los compañeros, tomando en cuenta que todos sabían que era casada. Sin embargo, cualquier receso o descanso lo aprovechábamos para encontrarnos en la habitación y tener un coito rápido o sexo oral, ya sea mamándole su rajita o ella mamándome la verga o bien un sesenta y nueve. En pocos minutos nos comíamos el uno al otro. No podíamos estar juntos a solas sin desearnos y tocarnos.
Esa noche seguimos fajando, mi principal objetivo era cogerla por detrás para estrujar y manosear sus ricas nalgas. Sucedió algo super erótico esa segunda noche, cuando la cabalgaba en el estilo perruno, sonó su celular, lo tomó de mesa de noche y resulto ser su esposo, ella me hizo señas de detener el movimiento de la follada, asi lo hice, ella respondió la llamada diciendo: -hola amor, aquí estoy descansando en la habitación-, -yo también te quiero-, (y la muy puta con una verga dentro su coño). Sin embargo eso me excitó, fue tan caliente que la seguí embistiendo a pesar que ella me hacia señas que me detuviera, no hice caso, al contrario la follé duro y fuerte. Ella gemía y tapaba el auricular del teléfono para que sus gemidos no fueran escuchados por el cornudo de su marido. Finalmente ella se despidió rápido. – Eres tremendo!- me dijo, La seguí cogiendo hasta que nos venimos en ricas eyaculaciones. Esa noche nos quedamos durmiendo desnudos de lado, metí mi verga en su vagina y así nos quedamos, claro con los minutos mi verga se redujo y salió de su agujerito, pero fue soberbio.
Al otro día fue la clausura, Alva me dio su teléfono, Nos despedimos.
La estuve contactando varios días después, no pudimos vernos, porque ella vivía en una ciudad muy lejana. Era casi imposible vernos!.
Pasó casi un año, aún manteníamos comunicación. Hasta que llegó nuevamente la fecha de la nueva planificación y proyección de la empresa. Se utilizaría el mismo lugar, es decir, el mismo hotel. Quince días antes, me comunique con Alva para decirle que ansiaba verla de nuevo y tenerla en mi cama. Ella no recibió con alegría esa llamada. La noté un poco cambiada ahora que nos veríamos otra vez. –Que te pasa?- le pregunté, no quería hablar de eso, pero por fin me confesó lo siguiente:
-Es que estoy embarazada de mi esposo-
Hubo un silencio.
-Tengo cuatro meses de embarazo- volvió a decir,
Me conformó con solo verte- le dije casi atónito.
Asi fue. Durante el evento fui a buscarla y nos vimos en mi habitación, tenia un pequeño bulto en su vientre. Le dije que si podíamos hablar en mi habitación. Ella llegó y nos abrazamos con ternura.
-Quiero hacértelo ahora- le dije
-Asi embarazada?- me respondió
-No me importa!- volví a responder
La coloqué con cuidado sobre la cama y la desnudé completamente, pude observar que su senos estaban más grandes, le chupé sus piernas, los pies y los dedos de cada uno, luego subí y le mamé su vagina hasta que se vino a chorros en mi boca, luego la ensarté sin compasión, evitando solo echarle peso encima de su vientre, alcé sus piernas sobre mis hombros y la penetré con un ritmo suave y poco a poco se volvió salvaje. Ella gemía nuevamente, diciéndome que la perdonara por lo de su embarazo, pero que su esposo le estaba pidiendo un hijo, yo le decía que se callara que no había nada que perdonar, yo no era su marido.
En lo mejor de la cogida, le pedí hice un pedido, que llamara a su esposo, ella dudó un instante, pero lo volví a repetir. Ella con mi verga dentro, marcó el número en su móvil, él contestó y pláticaron un poco. El preguntó sobre su estado, Alva le contestaba, eso me volvió a calentar como la otra vez y la penetré salvajemente con profundos bombeos, me agaché con cuidado para chuparle los senos que estaban más grande de lo normal por su embarazo, ella tuvo que suspender la llamada y despedirse para poder gemir libremente debido a un orgasmo que la embargaba y no delatarse.
A pesar de su estomago, cogimos varias veces durante esos dos días. Normalmente ella se colocaba arriba de mi, con ello podía manejar mejor su estomago y cabalgarme la verga a su gusto.
En el segundo día, le dije intencionadamente que le perdonaba el embarazo, pero que me diera su culito, ella no estaba muy de acuerdo, pero después de calentarla aceptó. Le lubrique bien sus estrecho hoyito y la penetré hasta el fondo, desflorándole su lindo ojito del culo, solo mis huevos quedaron por fuera mientras la follaba duro. Primero hizo gestos de dolor, pero después me pedía que no terminara de cogerla. Finalmente me vine dentro de su recto, le llené de esperma ese rico agujerito que ya me pertenecía.
En el año siguiente, las llamadas que le hacía fueron escasas, a ella la habían promovido, llegó como jefe de región, su niño tenía casi siete meses cuando nos volvimos a ver en la reunión anual, ahora fue en otro hotel. En esa ocasión el esposo llegó a dejarla al hotel. Tal era nuestra adicción y obsesión por tener sexo en esos eventos que dejábamos al niño durmiendo en una cama y cogiamos en la otra, recuerdo que sus tetas eran enormes debido a que estaba dando lactancia, cabe decir que cuando le mamaba sus grandes senos a veces le succionaba leche materna y lo tomé como un elixir delicioso. Esa vez solo cogimos dos veces, una sesión por noche.
Después de esa ocasión ya no la volví a ver. Renunció de la empresa y fue contratada por otra y ya no supe de ella. Claro que la extrañe un mundo. Fue la aventura más loca de mi vida.