A finales de semestre del calendario escolar mi novio me avisó que estaría conmigo un fin de semana así que quise darle una sorpresa y fuí a comprarme un vestido muy corto negro de tela satinada, una tanga de hilo con transparencia, unas pantimedias color natural brillosas (a mi novio le encantan las medias brillosas), unos zapatos de punta cerrada y tacón de aguja altos y un chal negro para sorprenderlo cuando llegara.
Cuando llegó y se lo presenté a mis amigos se notaba la tensión que provocaba su visita, en especial cuando estaba Roberto presente. Mi novio sabía lo que pasaba entre Roberto y yo y desde el primer momento aprovechó toda oportunidad para hacerle ver que él era su hombre y yo su mujer.
Como yo vivía en casa de una señora puritana mi novio no pudo quedarse en mi cuarto, así que él se quedaba a dormir en casa de un amigo de él que también estudiaba en Monterrey.
La última noche de su estancia tenía preparado un cuarto de hotel, pues no habíamos pasado ninguna noche juntos, para nosotros así que me puse mi ropa que tenía preparada para él. Lamentablemente esa noche tenía el compromiso, al cual no podía faltar, de la fiesta de una de mis nuevas amigas. Así que en lugar de ir al hotel nos fuimos a la fiesta primero. Debo hacer notar aquí que desde que salí de mi casa mi novio tuvo el miembro erecto hasta el hotel, por lo que me sentí muy satisfecha de mi elección de vestuario y me fuí excitada a la fiesta pensando en la noche que tenía preparada.
En la fiesta había gente que no conocía mucho además de mis amigos y de Roberto, el cual, al verme, no pudo disimular su asombro y se quedó sin habla cuando lo saludamos. A mi novo y a mí nos excitó mucho eso.
Roberto me invitó a bailar y estuvo tratando toda la fiesta de estar conmigo y alejar a mi novio. Esto lo logró con ayuda de sus amigos los cuales lo apartaban de mi lado platicando con él para dejarnos solos a Roberto y a mí. Después de poco tiempo yo me puse un poco ebria, lo cual implica que me ponía más caliente cada vez, así que empecé a coquetear con Roberto frente a todos de forma disimulada y aprovechaba para darle celos al besar a mi novio apasionadamente cuando estaba cerca. Mi novio aportaba a la excitación manoseándome discretamente y en frente de Roberto.
Me fijé que Roberto hablaba con sus amigos antes de ir a sentarse conmigo. En ese momento sus amigos se las arreglaron para llevarse a mi novio a conseguir cervezas con ellos dejándome a mí sola con Roberto.
Apenas se fueron y Roberto me llevó a la habitación de mi amiga. Ahí me empezó a besar y me arrinconó contra la pared. Empezó a tocarme las piernas y el trasero bajo mi vestido. Me dijo que me deaseaba y que lo estaba matando haciéndolo sufrir con mi novio. Pensar en lo arriesgado de la situación me puso muy excitada sin embargo yo sólo le decía que se estuviera quieto y que regresáramos antes de que llegara mi novio. Él no me hizo caso y siguió besándome el cuello y me agarró mis pechos sobándolos un poco fuerte. Luego me llevó, agarado a mí, hasta la cama en donde hizo que nos cayéramos. Ahí me asusté e intenté levantarme pero él me lo impidió haciendo que cayera de espaldas, entonces él me sujetó contra la cama empujándome por la espalda y me bajó las pantimedias y luego la tanga hasta abajo de las nalgas. Me dijo que sabía que yo lo quería y que obviamente él lo quería mientras se bajaba los pantalones y sacaba su miembro. Los ojos se me pusieron llorosos y me dio un miedo terrible. Escuché que afuera la música seguía muy fuerte y los que estaban afuera no podían oírnosa menos que gritara. Yo estaba aterrada. Después me levantó y me empujó contra el descansa brazo de un sillón que estaba en el cuarto, de tal manera que mi cara quedó contra el asiento y mis nalgas quedaron descubiertas sobre el descansabrazos. Todo fue tan rápido. Sentí cómo me abría por dentro su pene. Violentamente. Aún tenía la lubricación en mi vagina por lo que no me dolió mucho. El calor de su miembro se metió todo en mi vagina mientras yo sólo alcancé a suplicarle que parara. Me dijo que eso me ganaba por jugar con fuego. En ese momento, al sentirlo dentro, se me quitó el miedo y empecé disfrutar la embestida. No podía creerlo de mí, estaba siendo violada y me estaba gustando. Su pene era más gordo que el de mi novio y la sensación en mi vagina era gloriosa. Él notó que me excité y siguió haciéndolo con violencia mientras ahora yo cooperaba incorporándome sobre mis brazos y empujando mis nalgas para una penetración más profunda. Terminó rápido. Fue un chorro prolongado y fuerte. Cuando lo sacó fue cuando me di cuenta que no había usado condón. Eso me espantó muchísismo pero me di cuenta que posiblemente mi novio estaba afuera, lo cual me horrorizó más.
Roberto me dijo que le había encantado la experiencia y que pensaba repetirla. Yo me salí rápido del cuarto y me di cuenta que afortunadamente no había llegado mi novio, a lo cual respiré satisfecha. Mis amigos se dieron cuenta de lo que había pasado al verme la cara a mí y después a Roberto (él se encargó de decirles después). Poco tiempo después llegó mi novio con los demás. En todo ese tiempo estuve pensando en cómo contarle pero finalmente decidí callarme.
Cuando nos fuimos al hotel tuve un orgasmo cuando recordé que, mientras él me lo hacía con condón, yo tenía el semen de Roberto lubricando su pene.
Los ataques sexuales de Roberto continuaron pero desde aquella vez él siempre buscó tomarme a la fuerza y yo siempre intenté detenerlo...al principio. Esa fue la primera vez que le fui infiel a mi novio y también fue la primera vez que sufrí una violación la cual no sabía que deseaba tanto.