Desde que yo tengo uso de razón le he conocido alrededor de cuatro novios y en mas de una ocasión presencie cuando ella y su galán en turno se enfrascaban en lo que yo siempre llame una lucha cachonda, para mi fue natural ver como besaban y cachondeaban a mi madre en aquel sillón frente a la tele, ubicado en la sala de nuestra casa. Ella nunca se entero que yo la veía desde el descanso de la escalera que da al segundo piso, para esto, tenia que esconderme tras el pasamanos, mi corta edad y lo delgada que soy me permitía tener una cómoda posición en aquel reducido espacio, así que disfrutaba de esos cahondeos tanto como estoy seguro los gozaba mi madre.
Tenía tan solo 12 años cuando empecé a sentir ese cosquilleo en mi entrepierna, lo provocaba el espectáculo de mi mama y su novio, al principio solo los veía pero después descubrí que el tocarme y verlos era aun mejor. Cuando mi mama rompía con alguno de ellos, los días siguientes además de entristecerse ella yo también sentía que me faltaba algo, así que cuando alguien la pretendía no dudaba en apresurarla para que diera el si, lo que en realidad quería yo era verla de nuevo en acción frente a la tele. La variedad de parejas de mi mama me hizo ver que cada hombre tiene su estilo ahí supe que algunos son excelentes para el sexo oral ya que veía como se lo hacían y su reacción me incitaba a estar en su lugar algún dia.
Su ultimo galán resulto ser un vouyerista o fetichista aun no se que adjetivo darle, el caso es que gustaba de sentarse frente a mama y le pedía que le dejara ver su entrepierna y se masturbaba mientras veía a mama abierta de piernas y tocándose también, eso me excitaba bastante y me imaginaba que algún chico de la escuela me observaba de esa manera. Lo que me dio la idea de darle algo de emoción a mi etapa de estudiante.
Nunca antes me había dado cuenta que la mayoría de los chicos de secundaria, buscan de alguna manera u otra el vernos bajo la falda, descubrí algunos trucos que usaban como, un espejo en las agujetas de sus zapatos y el sentarse junto a un charco de agua para ver nuestra ropa interior al pasar.
Ni que decir cuando me senté junto a un grupo de amigas y deje ver mis encantos a un grupo de chicos de tercer grado que jugaba fútbol frente a nosotras, jamás había visto cometer tantos errores en un solo partido y me excitaba saber que yo había provocado cada uno de ellos.
Algunos profesores también fueron participes de mi juego, me agradaba bastante ver como al verme sentada de manera provocativa y dejándoles ver algo mas, me hablaban de una forma diferente, incluso algunos se animaban a tocarme un hombro al pasar junto a mi y adularme por algo que ni venia al caso.
Pero mi primera experiencia total y real con un hombre fue una ocasión en que mama contrato los servicios de un carpintero para darle una manita a la cocina de casa, el carpintero en cuestión era un señor de 37 años bastante atractivo y con el que mama coqueteo un rato su ayudante era un muchazo un poco mas joven que el. Me llamaron la atención los dos a pesar de tener yo tan solo 14 años, así que opte por jugar mi juego con ellos y dejarles ver un poco mas de mi. El ayudante recibió una llamada a su cel y tuvo que salir, solo alcance a escuchar que se retiraba y trabajaría hasta el día siguiente.
Sentado frente al comedor en un banco mas bajo de lo normal el carpintero se encontraba alistando su herramienta de trabajo, cuando yo tome asiento justo frente a el y disimuladamente separe mis piernas, nunca imagine que debido a su experiencia en estas lides el se daría cuenta que lo estaba provocando y fijo su vista en mi con una mirada lasciva que lejos de asustarme me prendió mas y sin pensarlo separe mas las piernas, sin decir mas aquel sujeto se levanto camino hacia mi y con voz algo mas que excitada me dijo. – Déjame ver más y también yo te enseño lo que tengo aquí—al tiempo que decía esto se agarraba el bulto que se formaba al frente de su pantalón. – su mirada morbosa y lo caliente de la situación me espanto un poco y hasta hoy no se el porque solo lo mire a los ojos y con una risa que me hizo desconocerme yo misma, abrí mas mis piernas dejando al descubierto mi muy mojada tanga. Inmediatamente se agacho y recibí la más salvaje y tosca pero a la vez la más encantadora de las mamadas que haya recibido en mi vida. Carecía totalmente de tacto, pero era esa rudeza en sus manos (que dejo pintados sus dedos durante días en el nacimiento de mis piernas) lo que me hacia sentirme mas caliente, sus manos lastimaban mis piernas ya que mientras me mamaba me sostenía de una manera nada delicada, sus pulgares se hundían uno a cada lado de mi entrepierna y tiraban hacia los lados lo que hacia que estuviera totalmente a su disposición mi panochita, sentía sus manazas en mis nalgas abarcándolas por completo, en realidad no supe cuanto tiempo me mantuvo en esa posición comiéndose literalmente mi rajita, cuando dejo de hacerlo me dirigió una mirada y me dijo, -eres la putita mas sabrosa que he probado ahora, vas a saber lo que es una buena verga. – Acto seguido me jalo las piernas y prácticamente me tumbo de espaldas. Su rudeza me encantaba, sentía que si le decía que no. me podría golpear o lastimar, así que lo único que hacia era oponerme un poco a su embestida y esto al parecer lo excitaba mas ya que aumentaba su fuerza y solo me decía – tranquila putita, te va a gustar se nota que te encanta la verga, recuerdo perfectamente que al empezar a penetrarme le dije que despacio porque me dolía y se detuvo un momento se rió y exclamo, --hace tiempo no le rompo la panochita a alguien, escupió sobre su mano, unto su saliva en mi rajita coloco su verga en mi entrada y de un moviendo que solo un hombre con experiencia puede hacer me introdujo toda su verga y yo solo hice un arco con mi espalda, mientras el empezó a entrar y salir, un temblor recorrió todo mi cuerpo durante varios segundos, y sentía que me orinaba a gotitas, después supe que ese fue mi primer orgasmo provocado por el pene de un hombre, era increíble como me estaba cogiendo, me sentía como una muñeca de trapo, lo delgado de mi cuerpo le permitía moverme a placer, me sentía totalmente humillada y eso me encantaba, me atreví ya decirle que ya me dejara y solo recibí por respuesta una sonrisa burlona, saco su verga de mi, la coloco en mi boca y me ordeno –trágatela toda perra chupala bien porque si no me gusta como lo haces me voy a enojar, chupe su verga hasta cansarme su sabor combinado con el de mi panochita me gusto, pero había ocasiones en las que intentaba metérmela toda en la boca y la reacción natural era como el querer vomitar y eso le causaba risa, una risa burlona que me hacia sentirme mas humillada pero a la vez mas excitada. Hincada como me tenia frente a el sentía como apretaba mis pechos sus manos maltratadas por su trabajo dejaron mis bubis muy sensibles durante días, yo sentía que ya había pasado mucho tiempo desde que empezamos o mas bien desde que empezó a cogerme y la verdad quería que ya parara, la causa era que no sabia que horas eran y temía que llegara mi mama, el también a de ver pensado en eso, porque me dijo –solo falta probar algo mas de ti y me quedo a gusto. Acto seguido me tumbo en el sillón, metió su mano entre mi vientre y el sillón, escupió su otra mano me jalo hacia el y sentí como me ensalivo el culito y coloco su verga ahí, eso me asusto y entonces si le dije – nooo así no quiero. – lo que me temía sucedió. No se molesto pero dijo que no estaba en posición de escoger que si quería y que no quería. Prácticamente a la fuerza me inmovilizo y empezó a sodomizarme, sentía que me partía mi culito en dos y a pesar de dolerme me gustaba, no podía creer que lo estaba gozando pero el juego de la violencia en el me gustaba si que seguí forcejeando y el cada vez mas violento, empecé a llorar y a insultarlo y al oído me decía-- así perrita se que te gusta no te hagas pendeja, siento como tiemblas de gozo. Y era verdad mis orgasmos me hacen temblar toda así que el sabia cuantos orgasmos tuve y no podía yo negarlo, el muy cabron sabia que estaba gozando como perra en celo. Sin embargo su excitación fue tanta al pelear prácticamente conmigo que de pronto sentí algo caliente que inundaba mi culito, y escuche como lanzo un pequeño grito de satisfacción sin dejar de insultarme – aaaahhhh perra cabrona que bonito aprietas, empujo de nuevo dos veces mas su verga dentro de mi y después se quedo quieto, su respiración estaba bastante agitada. Segundos después se levanto se miro orgulloso su pito, subió sus pantalones y sin decir mas, se dio media vuelta dejando un recado a mi mama.—dile a tu mama que mañana vengo a terminarle el trabajo y …. No se tal vez te ponga otra cogida, soltó la risa. Y se fue, tirada en el piso me quede pensando y casi le pregunto en un arrebato de calentura si vendría solo o traería a su ayudante. No era posible a los 14 años y después de mi primera cogida ya era una gran puta.