AL DOS POR UNO
( Relatos Heterosexuales )

Mucho habiamos practicado en la cama, desde las posiciones conocidas hasta las desconocidas, aclaro que siempre ella llegaba al orgasmo, yo aunque satisfecho, siempre estaba dispuesto a practicar lo nuevo, sin tomar en cuenta la homosexualidad. Llego el momento de sincerarnos con ella, tanto yo como ella queriamos un trio en la cama, yo con ella y otra mujer, pero ella queria conmigo y otro hombre. Quise complacerla, aunque no muy convencido pero trato era trato, ese trato era complacernos mutuamente sin poner peros y ella estaria dispuesta a hacerme todo lo conocido y desconocido.
Había llegado el momento de complacerla, un dia regresando de compras encontramos un amigo mutuo a quien ella sus ojos siempre se fijaban con lujuria y pasión, despacio comenzó a bajarle los pantalones, le frotaba su miembro, se lo frotaba como frotaba aladino la lámpara mágica, de pronto salio el genio, quien le cumpliria sus deseos, pero este no le cumpliria tres solamente. Viendo yo y excitado, por lo que mis ojos veían, aunque no me sentia relegado, ví como le metían la verga por el culo a mi mujer, vi como gemia pegando gritos expectaculares, dando alaridos, veía como otro hombre se cogia brutalmente a mi mujer, cosa que viendolo desde el punto de expectador, quise participar sin ningun reparo ni reclamos. Él se la cogia por el culo mientras yo se la introducia por la boca, mi verga mide aproximadamente 20 centrimetros ya erecta, el diametro es como de unos doce centrimetros, al compararla con la del amigo podían competir. las dos vergas hacian equipo en el cuerpo de mi mujer, la estaban despedazando de excitación, ella cada vez se estremecia más, cada embestida que le daba mi verga hacia temblar su blanco y suave cuerpo, ya yo estaba cogiendola por su vagina, el amigo seguia cogiendo a mi mujer por el culo, él estaba como en otro mundo, ella era una perra loca, una puta completa, con dos vergas dentro, todas a su disposición, los orgasmos de ella eran continuos, fuertes, cada orgasmo que tenía hacian que sus manos despedazaban partes de mi piel, las arrancaban con sus uñas. Ya habian pasado un par de horas, entre descanso y pasión, cuando como en una carrera de sementales solo tenía que haber un ganador, los dos a la misma vez expulsamos nuestro semen dentro de mi mujer, ella parecía que se desmayaba de tanta pasión. Nos bañamos, li piamos aquella sala, pues nuestro sudor y semen caía por todos lados. Nuestro amigo complacido y extrañado de lo que había ocurrido aquella mañana solo dijo que estaba muy pero muy satisfecho, se despidio. Yo había grabado aquellas escenas, siempre las utilizamos para volver a tener ese sexo salvage. No me importa que ella se excite viendo y recordando a nuestro amigo, no sé si se han reunido para tener sexo a solas, lo que si sé es que a ella la gozo como quiero y hago lo que quiero con la mujer de mi amigo, lo supe un día que esta mujer a quien venia cogiendo desde hace algunos meses que casualmente era la mujer de mi amigo.

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