Mi Fin de Semana Parte 1
( Relatos Gay )


Les seguiré contando mi vida sexual
Para los que por primera vez leen mis experiencias les contare que hace aproximadamente un mes y medio que conocí a Carlos y quién es el responsable de que Yo haya perdido mi virginidad
No soy una persona mal parecida. Trigueño, de pelo negro, ojos claros por mi madre, con un físico bastante apetecible por mi fanatismo por los deportes y mido 1,78 mts.
Criado dentro de una familia católica, conservadora, de muy buen nivel socioeconómico dentro de mi país, somos cuatro hermanos, tres de ellas mujeres,
A Carlos lo conocí en casa un día que vino a revisar el equipo climatizador y mi padre me había pedido que viera lo que hacía. En esa oportunidad Carlos junto con revisar el equipo destapo mis deseos sexuales.
Llevamos saliendo dos meses y como mínimo dos veces por semana. Mis padres y hermanas creen que he entablado una relación con una chica y están muy contentos, ya que anteriormente estaba muy solitario.
En las dos últimas citas Carlos me ha insistido en que le gustaría formar un trío con un amigo muy parecido a él físicamente. Yo me he negado rotundamente. Carlos es poseedor de un miembro bastante potente por decir lo menos, así que por ningún motivo dos. Y a la vez.
Les cuento para que tengan la película clara que Carlos mide 1,80 mts, con un físico armado en un gimnasio, de cabeza rapada y de carácter dominador
El día en cuestión nos habíamos quedado de encontrar en las afuera de una estación del subterráneo y él iría en su furgón para que fuéramos a la playa.
Una de las maravillas de este de este largo y angosto país es que en poco tiempo puedes estar en la montaña y en igual o menor tiempo en la playa.
Como de costumbre, y porque a mí me gusta verme atractivo esa mañana me arregle como de costumbre. Me bañe, me depile, incluyendo las partes sexuales, me perfume y me peine para la ocasión, ya que me gusta que me besen y muerdan el cuello. Como tengo pelo largo me lo amarro en una cola de caballo y los pelos más cortos para mantenerlos en línea me los sujetos con gel para modelar peinados. Yo creo que me veo muy bien, pelo negro muy tirante hacia atrás terminando en una cola de caballo, para que me zamarreen y dobleguen, ojos claros y físico atlético. Creo ser atractivo
Como vestimenta me coloque algo que acá es unisex y denominamos mameluco. Les explico, es un pantalón que anexado lleva una pechera que se afirma mediante unos tirantes que van sobre los hombros, y abrochados atrás. Es muy común según las películas, que los usen los granjeros americanos. Les advierto que sin nada debajo. Dos botones afuera y listo
No tuve que esperar, Carlos ya había llegado, me saludo y me indico donde tenía su furgón. Caminamos y vaya sorpresa para mí, había un individuo parado al lado del vehículo de similares características con Carlos, siendo la única diferencia el corte de pelo Carlos es rapado y este tenía un corte a lo mohicano.
Pare en seco mi caminata y le reclame a Carlos. Éste me dijo que no me pasara películas, que él iba a otro lado, que solamente pasaríamos por su casa a buscar la llave del lugar que le habían facilitado. No sé si soy ingenuo o demasiado caliente, pero le creí
El viaje fue muy agradable y bien charlado. Carlos cariñoso como siempre aprovechando cada oportunidad para acariciar mi cuello o mordérmelo y/o besar mi boca, mientras una de sus manos no dejaba de acariciarme entre las piernas, obligándome a elevar un poco mis nalgas para que sus dedos pudiesen presionar mi orificio anal. El sabe que es un punto débil en mí y me calienta mucho.
Llegamos al lugar buscado, este era, una pequeña cabaña entre un pequeño bosque y a corta caminata de la playa
Inocentemente pregunte sí era el lugar donde nos quedaríamos, a lo que Carlos me respondió; “tú no quieres que nos quedemos los tres juntos, esta es la casa de Dionisio (que así se llamaba su amigo) y solamente paramos para que nos de las llaves de nuestro lugar”
No se sí puse cara de decepción, ya que el lugar era bellísimo, así que Dionisio respondió; “pasen, tomemos un refresco y sigan viaje”. Primer error involuntario, que resultaría garrafal.
Dionisio nos abrió la cabaña y nos dirigió a una pequeña terraza para que disfrutáramos la vista. Vuelvo nos dijo después de preguntarnos que beberíamos.
Carlos apoyando la espalda contra la baranda estiro sus brazos y me agarro de la cintura como suele hacerlo y me llevo a él, firme y sin titubeos. De mostrándome que le pertenezco y que no pasara mucho tiempo para que Él me disfrute.
Apegado a su cuerpo sentí como sus manos buscaban mi desnudes, mientras me besaba como le gusta hacerlo, metiendo su lengua con fuerza hasta el comienzo de mi garganta y llenado mi cavidad con su saliva espesa y caliente.
Me colgué de su robusto cuello para apegarme más a él y así sentir como su varonil miembro comenzaba a tomar ese espectacular tamaño que en múltiples ocasiones había perforado mi ano.
Encontró mis pezones y como costumbre comenzó a apretarlos hasta hacerme gemir de dolor y rogarle que no siguiera. Le gusta infligirme dolor, porque sabe que me provoca placer.
Así estábamos disfrutando del placer que nos otorgábamos. Yo entregándome dócilmente a Él, y Carlos siendo el ente dominador
Ya sus manos habían llegado a mi culo. Con una mano agarraba una de mis nalga y la separaba, permitiéndole así insertar primero sus dedo índice en mi culo y luego agregar un segundo dedo.
Comprenderán que a esa altura Yo ya aullaba a causa de mi calentura. Carlos empujaba sus dedos dentro de mi ano, y Yo empujaba mi culo hacia su mano. Quería lo más posible dentro de mí.
A esa altura ya no me acordaba que habíamos llegado juntos a un tercer sujeto. Dionisio se había borrado completamente de mi memoria. No existía. Mi calentura me bloqueaba su imagen.
En este frenesí pasional. Carlos besando mi boca y sabiendo que no tenía ni fuerzas, ni voluntad para resistirme, comenzó lenta y pausadamente a desabrochar los tirantes que sujetaban mi mameluco. Ya había desabrochado los botones que lleva a los costados, así que mi vestimenta resbalo hasta llegar a mis pies, quedando parado frente a Él completamente desnudo. Ya no me cohibía, no era la primera vez que me encontraba como llegue a este mundo, completamente desnudo. A ambos nos gustaba saciar nuestro apetito sexual con luz para contemplarnos.
Con sus manos, suave y lentamente me empujo unos pasos hacia atrás, hasta sentir lo inesperado. Una dura y erguida verga toco a mis nalgas. Me asuste y trate de pensar. Carlos estaba frente a mí y vestido?.
Me asuste y trate de girar, pero tanto Carlos, como la persona detrás de mí me lo impidieron.
Mire a Carlos y este sonreía, mientras la persona tras mío comenzó a avanzar hacia mí, y esto lo imagine porque se verga ya no me rozaba, sino que me empujaba y se resbalaba buscando mi hendidura entre mis dos nalgas.
La manos de Dioniso (ya había figurado que era él quién estaba atrás) me tomaron de la cintura, se acerco hasta hacerme sentir su verga en su total magnificencia, agachó su cabeza y comenzó a lamer mi cuello con una suavidad no asociada a su enorme tamaño. Lo hacía con una delicadez y suavidad indescriptible.
Comencé a relajarme y a buscar la posición que más satisficiera mis deseos. Comenzaba a gozar y gemir nuevamente. Comenzaba a olvidar mi temprano rechazo a tener 2 machos al mismo tiempo y comenzaba a pensar como sería un maravilloso y suculento pene en mi boca y otro en mi culo a la misma vez. Y porque no los dos en mi culo a la vez.
Me relaje y me entregue totalmente a Dionisio.
Dionisio recorría con sus manos toda mi desnudes. Pellizcaba mis pezones con fuerza bruta, pero con delicadeza a la vez. Mientras más gemía, más me pellizcaba.
Sus besos fuertes y decididos ahogaban mis gemidos y aullidos, productos del placer que sentía. Mis piernas tiritaban. Mi culo apretado contra su enorme falo Yo saboreaba locamente su caliente y espesa baba. Era un manjar lo que brotaba de su boca.
Con mi vista nublada veo que Carlos comienza a desnudarse, y esa escena me excita mucho más.
Con Carlos completamente desnudo y su miembro estirado y erguido al máximo frente a mí, trato de avanzar arrastrando a Dionisio que no me soltaba.
Carlos al ver mis intenciones avanza hasta dejar su verga en mis manos. La tomo y comienzo a manosearla, en forma similar a cuando uno masturba a otra persona, porque sabía que todavía podía crecer más. Era mía, la tenía por los últimos dos meses y la conocía muy bien.
Dionisio me suelta y me toma de los hombros y comienza a besarme en el centro de la nuca. Intercalando besos y mordiscos.
Intercala besos suaves y mordiscos fuertes y baja lenta y pausadamente por mi espalda. Va a mis hombros y vuelve a mi nuca y baja un poco más. Muerde mi espalda y vuelve al centro bajando un poco más.
Yo todo este tiempo solamente gemía, aullaba, lloriqueaba y empujaba mi culo contra la verga de Dionisio. Me estaba convirtiendo en un puto sediento de sexo.
Mientras lanzaba mis quejidos, aullidos y lloriqueos Dionisio seguía recorriendo mi espalda y Carlos me dejaba jugar con su magnífico y erecto miembro.
Lentamente Carlos reculo obligándome a inclinarme para poder seguir sujetando su miembro. A estas alturas Dionisio me tenía firmemente sujeto con uno de sus poderosos brazos por mi cintura y con su mano libre me empujaba a reclinar mi cuerpo. No me daba cuenta lo que estaban haciendo.
Note que Carlos buscaba donde sentarse y no me di cuenta o no quise darme cuenta producto de mi espantosa y enorme calentura. Quería y quería más sexo. Creo que en esos momentos deseaba a ambos tipos. En ese momento daba mi vida por más placer. Lo quería e iba a luchar por conseguir todo el placer que ambos separadamente y juntos podían darme.
Carlos encontró donde sentarse, lo hizo y abrió de par en par ambas piernas, dejando su falo apuntando frente mí.
Dionisio me llevo a ponerme en posición de perrito y YO al hacerlo me estaba entregando.
Me acerque lo más que pude a Carlos y poniendo mis manos sobre sus muslos busque como una perra hambrienta su verga para tragármela. Con algo de dificultad lo hice, ya que no use mis manos solo mi boca. Comencé a mamarla y tragármela.
Con mi boca llena e imposibilitado de quejarme por mi calentura, Dionisio tomo mis nalgas y las abrió lo más que pudo.
Al rato sentí su lengua recorrer mi ano. Esa sensación me hizo corcovear y corcovear.
Primero fue un dedo, después fueron dos, mientras Yo chupaba y chupaba.
Al tiempo (no se cuanto, estaba perdido en el tiempo y en el espacio) siento el falo de Dionisio tocar mi orificio. Un terror frio corrió por mi espalda, pero el deseo y calentura eran mucho mayores y no hice nada, Tenía miedo de no terminar lo que tanto estaba deseando.
Dionisio me aferro de mi cintura y comenzó a empujar. Trate de relajarme pero instintivamente apretaba mi orificio impidiendo su penetración. Debe haber sido producto del miedo, ya que internamente era lo que más deseaba.
Mientras, Yo seguía mamando
Dionisio intento otra vez, y volví a apretar: Intento por segunda vez y una tercera y Yo siempre apretaba mi esfínter.
A la tercera intentona y Yo apretar nuevamente, sentí una feroz palmada sobre mis nalga que me hizo escupir la verga de Carlos que tanto disfrutaba. Un terrible aullido de dolor broto de mi boca.
Esta vez Dionisio me agarro con mucho más fuerzas de mi cintura, puso su falo frente a mi orificio e embistió. Sentí un dolor como que mi ano se abría para un parto, pero sólo fue momentáneo.
Carlos me agarro de mi pelo y llevo mi boca a su verga nuevamente. Me la trague y comencé a mamar para olvidar el dolor en mi cola.
Mi esfínter se abrió lentamente y Dionisio empujo su verga. Sentí un escozor irradiar dentro de mí cuando su verga se abría paso.
El escozor me producía placer, soy masoquista. Dionisio empujaba y su verga entraba, mientras Yo seguía mamando.
Carlos comenzó a moverse y a corcovear, estaba llegando a su clímax. Yo lo estaba llevando y esa sensación me producía orgullo y placer, y más me relajaba y más placer sentía por mi culo.
Sentí los primeros chorros de Carlos en mi boca juntamente con un fuerte envión de Dionisio. Trate de gritar pero el semen en mi boca ahogo el sonido.
Estaba siendo bombardeado por ambos extremos. Carlos en un extremo apretaba mi cabeza contra su entrepierna obligándome a tragar toda su leche. Mientras que Dionisio empujaba y ensartaba su verga en mi ano al extremo de sentir sus muslos golpear mis nalgas.
Puedo que su verga estaba totalmente dentro de mi.
Carlos acabo y se relajo, eso me dio un respiro y me habilito para disfrutar a mis anchas el ser penetrado por Dionisio.
A esa altura tenía toda la verga de Dionisio dentro de mi ano y estaba gozándola y ahora Yo empujaba para atrás.
Con el objeto de producir un mayor placer en quien me estaba fornicando, apretaba mi esfínter tratando de sujetar la verga en mi interior y trataba de mover mi culo en círculos.
Apretaba mi esfínter y trataba de moverme en vaivén para adelante y hacia atrás arrastrando conmigo a Dionisio
Esos movimientos me indicaron que a Dionisio le producían mucho placer porque empezó a golpear mis nalgas como quien monta a un animal.
Cada apretada de esfínter de mi parte y agregando sus movimientos ya fueran estos en círculos o vaivén recibía mi esperada palmada en una de mis nalgas y en más de una vez un “dale bestia salvaje”.
Estaba gozando como un puto profesional. Que bestia el placer que sentía.
Goce tras goce.
Lo que me aterraba unos minutos atrás me estaba haciendo comportar como un animal salvaje.
No quería terminar. No quería que llegara a su fin
De repente sentí que Dionisio me agarraba de mi cabello y me daba un tirón como quién frena a un caballo y empujo como tres veces con brutal fuerza su verga dentro de mi ano y sentí un chorro llenar mi cavidad anal. Sentí su verga apretarse y soltarse repetidas veces, y cada vez que esto sucedía, chorros inundaban mis entrañas.
Dionisio dio tres furibundas clavadas contra mi ano y se rindió sobre mis espaldas.
Cuando retiro su verga de mi ano el choro de semen que fluyo fue enorme.
Dionisio me beso apasionadamente y me dijo que había sido maravilloso.
Para no aburrirlos ahora, en otra oportunidad les contare lo que hicimos los tres ese fin de semana.
Chao amigos.




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Detalles



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Codigo do Relato
2575

Categoria
Gay

Fecha Envio


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