Alma, la esposa de mi jefe
( Relatos Heterosexuales )


Alma, la esposa de mi jefe

Mi jefe es un hobre cuya única pasión es el dinero. Su desenfrenada ambición lo llevó
a buscar negocios fuera del país. Por lo que de pronto estaba más tiempo fuera de su
casa engordando su cuenta bancaria que atendiendo a su familia.

Alma, una mujer muy amable y muy amigable es su esposa. La conocí en un evento de la
empresa. No es fea ni bonita, pero tiene un cuerpo envidiable a sus 40 años. Además
Alma es una mujer muy desinhibida, sabiendo de su ecultural cuerpo le gustaba mostrar
sus encantos.

Alguna vez mi jefe me pidió que visitara su domicilio para que extrajera información
importante que él necesitaba. Me dió el número de celular de su esposa para acordar la hora
en que podía pasar a recoger la computadora.

Alma gustaba mucho ir con sus amigas, andar en cursos, talleres y cualquier actividad
que la mentuviera alejada de su casa. Decía que se sentía deseperada estar sola en casa.

Alma me dijo que pasara ese mismo día , un viernes, por la noche ya que a esa hora llegaba
de sus clases de historia del arte. Llegué un poco retrasado por lo que ofrecí disculpas
a Alma por el retraso. Me invitó amablemente a pasar y le dije que no quería molestar que
en realidad sólo iba por la computadora. Ella me dijo que si la acompañaba con una taza de café
así que acepté principalmente por cortesía. Los datos que necesitaba mi jefe era el número
telefónico de una de sus amantes en Miami y me pidió mucha discreción con sus esposa.
Me dijo que amaba a su esposa, pero que estando lejos necesitaba de compañía.

Alma me empezó a platicar acerca de la relación con su esposo, mi jefe, y me dijo que
en realidad se llvaban bien, pero que cada día estaban más alejados el uno del otro. Yo
no sabía que decirle, pues además de que no era la persona indicada para opiner del tema
mi atención estaba puesta en su cuerpo. La verdad es que esas tetas muy bien formadas
y ese culo redondito y paradito distraerían a cualquiera.

Pasó el tiempo hasta que le dije que me tenía que ir y me dijo que si por favor al día
siguiente la podía acompañar pues quería mi opinión acerca de un regalo para su esposo.
La verdad es que su compañía era agradable y acepté.

Al día siguiente, me recibió por la noche y estaba haciendo ejercicios y tenía un short
muy pegado, y una blusa sport muy pegada por lo que se marcaban sus pezones y sus labios.
Tuve una tremenda erección cuando la vi. Me dijo que en realidad eso del regalo era mentira
que sólo quería un poco de compañía pues no le gustaba estar sola. Yo temí por mi empleo,
pues eso se podría mal interpretar, pero ese día mi jefe llamó a su casa y me dijo que por
favor no fuera descortés con Alma, sobre todo porque yo sabía su pequeño secreto.

Así pasaron varios días , yo iba por las noches y Alma me deleitaba la vista, además de que
la plática con ella era muy agradable. En ese punto nuestra confianza había crecido mucho.
Hasta que un día, Alma me dijo que hacía tiempo
no tenía sexo ni con su esposo, ya que como siempre estaba ocupado nunca le prestaba atención
a pesar de que ella siempre intentaba seducirlo con ropa interior provocativa.
Le dije que quizá necesitaba ropa aún más provocativa.
- Espera un momento
- Claro.
Alma subió a su recámara y al bajar , no mames, topless y con una espectacular tanga
- ¿Te parece que esto no es provocativo?
- Me parece que te ves muy guapa, cualquier hombre se derretiría con tan sexy mujer
- Pues a mi esposo no le parezco atractiva
- No digas eso , él se ocupa de sus negocios para darte todo lo que le pidas
- Lo que pido es pasión y eso no me lo puede dar
- A mi me pareces una mujer inteligente, linda y muy sexy. Pero ahora mejor tapate porque
no podré dormir esta tan sólo de pensar en ti
- ¿te vas a masturbar?, jajaja
- No, bueno si, es decir .. mm
- Calmate, se lo que hago y con quien lo hago no creas que me desnudo ante cualquiera. Confio en ti
y me caes bien.

Yo no sabía que hacer qué decir, y tenía una potente erección, quería meterle la verga en ese momento.

- Javier, somos adultos, no hay que fingir nada. Se lo que estas pensando ahora
- Alma, eres la esposa de mi jefe, esto no creo que esté bien

Sin decir nada Alma se acercó a mi, estaba sentado en el sofá y se me subió, nos empezamos a besar
Tenía tantas ganas de acariciar esa cuerpo, esas tetas, ese culo, esa vagina marcada.
La recosté en el sofá y empezé a besar su cuerpo lentamente, desde su boca hasta su vagina
Cuando llegué a su vagina, ella ya estaba húmeda, gemía.

Me quité la ropa tan rápido como pude y ella se hincó y empezó a chupar mi verga, que buena mamada
me puso. le dije que se levantara, la puse de espaldas contra la pared y le empezé a meter la verga
ella sus quejidos eran cada vez mayores, en cada embestida sus gritos de placer eran más altos
hasta que pequeñas convulciones de placer le llegaron. La acosté en el sofá, lavanté sus piernas
y de nuevo comencé las embestidas. Tuvo un segundo orgasmo, me detuve un poco

Subimos a la recámara para estar más cómodos , acariciamos nuestros cuerpos, me aprendí cada
centímetro de sus tetas de tantas caricias.

- Alma, ¿te gusta el sexo anal?
- No lo he experimentado, pero si quisiera, allá en ese cajón hay un aceite, lo compré
hace tiempo.
- Pues lo vas a experimentar conmigo

Comenzamos de nuevo a acariciarnos a cachondearnos hasta que noté nuevamente su lubricación
fuí por el aceite, derramé un poco en su espalda y luego derramé otro poco en su ano.

La puse en cuatro y suavemente empezé a meterle la verga por el ano, nos costó un poco de trabajo
al inicio, pero por fin pude meterle toda la verga

Alma se quejaba y eso me excitaba mucho, no sabía si era de dolor o placer, pero mientras
le metía la verga por el culo ella con una mano jugaba con su clitoris.

Yo cada vez más sentía que me venía hasta que no aguanté más y sentí que exploté.

Aquel día tuvimos sexo una buena parte de la noche y al día de hoy, cada vez que mi jefe tiene que viajar
yo voy a atender a Alma.




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Categoria
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