Bises
( Relatos Orgias )



Estaba muy cansada, el concierto habia sido muy duro y el público tenia una energía especial, parecía que no se cansasen nunca. Lucia también se había contagiado de ese éxtasis y esa noche había tocado el bajo como pocas veces la había oído. En el descanso de antes de los bises les dije a los del grupo que solo un par de canciones, pero Lucia me pidió cuatro. Al final nos decidimos a tocar tres canciones.

Me estaba duchando en el camerino cuando oí la puerta. Me puse el albornoz y salí a abrir. Era Lucia que me vino a decir que después de salir todos del estadio, iríamos a una fiesta en casa de un amigo de David, nuestro batería. Después de decirme eso se me quedo mirando de una manera que no había visto antes en ella. Me despedí de ella y le dije que nos veríamos en su camerino dentro de un cuarto de hora. Por que me miraba tan raro?

Fui a su camerino y allí estabamos todo el grupo. David, el batería; Lucia, la bajista; James, guitarra y voces y yo, guitarra principal. Llevábamos dos años de gira a un ritmo trepidante, con una media de cuatro actuaciones semanales. Agotador. Tan agotador que a la que podíamos salíamos de fiesta para airearnos un poco. Entro nuestro agente de prensa para recordarnos que debíamos cumplir nuestros compromisos con la prensa. Yo no tenia muchas ganas de subir a contestar los tópicos de siempre, así que estaba a punto de decir que yo no iba cuando Lucia dijo: " Chicos, subid vosotros, a Lara y a mi no nos apetece ". El agente dijo que estaba de acuerdo así que nos quedamos ella y yo a solas en su camerino.

* Lara, se te ve cansada.

- Es que llevo unos días que no puedo ni con mi alma.

* A mi me pasa lo mismo, pero esta noche me siento con una energía especial. Parece que no me pueda cansar nunca.

- Ya lo he notado, en el concierto estabas eufórica.

* Ha sido genial.

- Yo creía que la ducha me repararía, pero no me ha servido de nada.

* Has probado los masajes?

- No, la verdad es que no. Funcionan?

* Antes de que lleguen David y James tenemos tiempo, quieres que te haga uno?

No sabia que decirle, la verdad es que si que me apetecía un masaje, pero había algo que no me cuadraba. Decidí arriesgarme.

- De acuerdo, probémoslo.

Lucia me dijo que me estirase en la cama y me quitara la ropa. Yo no le hice caso del todo y me quede en sostén y braguitas. Me estire totalmente en la cama y me deje hacer. Podía notar sus manos por mi espalda. La verdad es que lo hacia de maravilla, notaba una gran relajación por donde habían pasado sus manos. Entre eso y el cansancio, me estaba abandonando totalmente. Estaba medio desconectada cuando de reojo vi que ella se levantaba y cerraba la puerta con pestillo. Eso me extraño mucho, pero decidí hacerme la dormida para ver que es lo que quería hacer.

Nada mas sentarse a mi lado me paso la mano por debajo de las bragas y comenzó a acariciarme el culo. Mi primera reacción fue apartarme, pero decidí continuar fingiendo. Ella seguía acariciándome el culo, y notaba como se me ponía la piel de gallina. Estaba notando una excitación que nunca antes había sentido. De repente sus manos se acercaron mucho a mi volcán, tanto que las puntas de sus dedos llegaron a rozar los labios. Me excite tanto que yo misma notaba como estaba mojada. Y si yo lo notaba, ella también. De joven ya había tenido experiencia con mujeres, pero hacia mucho tiempo que no me tocaba una mujer.

Sus manos se adentraron mas abajo, y comenzó a masajearme el clítoris. Ya no pude aguantar mas y separe las piernas todo lo que pude para facilitarle el trabajo. No tenía sentido seguir fingiendo así que le dije que siguiera, que no parase.

Ella me hizo caso y comenzó a masturbarme. Nunca me habían masturbado en esa postura, pero me gusto mucho, era totalmente diferente a cualquier cosa que había probado anteriormente. Me deje hacer. Estaba a punto de llegar al orgasmo cuando me aparte con un rápido giro y me incorpore sobre la cama. Nos quedamos mirándonos frente a frente y poco a poco fuimos acercando nuestras bocas para besarnos. Sus besos eran cálidos y su lengua no paraba de bailar dentro de mi boca. Mientras nos besábamos yo acariciaba sus pechos. Unos pechos grandes y firmes, con la piel totalmente tersa. Sus pezones eran del tamaño justo y estaban en erección.

Lucia me empujo ligeramente para que me estirase sobre la cama boca arriba. Así lo hice y en cuanto estuve en posición ella hundió su cara entre mis piernas. Su lengua recorría mis ingles, mi monte de Venus, pero no se acercaba a mi centro de placer. Aquel suplicio duraba mucho, pero al fin lo hizo, su lengua se abrió paso entre mis labios y llego al clítoris. Comenzó a lamerme con cuidado y de una manera muy diestra. Me estaba muriendo de placer, y entonces me metió un dedo dentro. Dios!, que placer!!! Su dedo entraba y salía continuamente, en medio de mis oleadas de placer.

Poco a poco ella fue parando y cuando acabó de lamerme se movió y puso su coño encima de mi cara. Me moría de ganas de comérmelo, así que en cuanto pude comencé a hacerlo. Era muy excitante notar como su sexo me aplastaba la cara. Mientras ella seguía lamiéndome, y entonces hizo una cosa que nunca me habían hecho antes. Mientras se metía todo mi clítoris en su boca me metió un dedo en la vagina y otro en el culo. Fue algo indescriptible. Desconocía que mi ano pudiera dar tanto placer. El sentir que te daban placer por triplicado me volvió loca de pasión y decidí hacer lo mismo. Notaba como a cada vez que le metía los dedos una corriente recorría todo su cuerpo y le hacia estremecerse.

Seguimos así hasta que llegamos al orgasmo de manera casi simultanea. Nos quedamos unos instantes en la misma posición y al final, después de reposar, nos levantamos. Le di un beso en los labios y me fui a la ducha de su camerino. Me duche rápidamente, me vestí y después llegaron los chicos.

Después de una ligera cena, fuimos a la casa del amigo de David. Era una casa muy grande, se notaba que era un tío con dinero. La fiesta era bastante tranquila, cosa que nosotros agradecimos mucho.

Cuando llevaba allí un rato se me acerco el anfitrión. Se llamaba Valeri. Comenzamos a hablar y me contó que era un alto ejecutivo de la discográfica donde estaba el anterior amigo de David y de ahí venia su amistad. Era un tío majo, con una cara grande y luminosa, y su cuerpo estaba muy bien cuidado. Después de un rato de charla me comenzó a coger de las manos, a acariciarme la espalda y cosas por el estilo. Yo me dejaba hacer, ya que la experiencia con Lucia me había quedado muy excitada. Entonces me decidí a tomar yo la iniciativa antes de que lo hiciera el. Le dije que me enseñara su casa.

Me enseño el jardín, la terraza, la biblioteca pero no se atrevió a enseñarme su habitación. Le pregunte por ella y me dijo que estaba en el piso de arriba del todo. Le dije que me la enseñase.

Entramos en su habitación y cerro la puerta. Entonces se acerco a mi muy lentamente y me beso los labios. A continuación se aparto de mi. Menuda cara de sorpresa puso cuando le devolví el beso y con mi lengua entre en su boca. Entonces nos comenzamos a besar apasionadamente y llegamos hasta su cama, una cama con sabanas negras de raso, muy excitantes. En la cama el me empezó a desnudar. Me quito la ropa y me quede desnuda encima de su cama. El se acerco a mi y yo le toque por encima de los pantalones. Tenia una buena polla, por fuera parecía grande así que la saque para comprobarla. Tenia razón, era de un buen tamaño. Me la quede mirando y la cogí con una mano. Comencé a darle placer y finalmente, me la puse en la boca. Pude notar como el se moría de placer, y a mi me entraba una excitación inmensa. Se la lamía toda, de arriba a abajo sin dejar nada sin lamer. Mi lengua estaba ahora rodeando su glande y a cada instante notaba como estaba apunto de correrse. Cuando estaba a punto me la saque de la boca. No quería que la diversión se acabase tan rápidamente.

Después de un minuto para que el recuperase fuerzas me toco el turno de disfrutar a mi. Valeri comenzó a acariciarme las tetas. Notaba como me pellizcaba los pezones hasta ese punto en que se confunde placer con dolor. Luego fue bajando sus manos hasta llegar a mi coño. Comenzó a masturbarme poco a poco, con una calma y un control admirables. Cuando estaba llegando a mi limite, el paro de masturbarme. Me miro y bajo su boca a mis vagina. Al principio solo me besaba la entrepierna, pero poco a poco se fue acercando mas al centro. Su lengua me separo los labios y entro dentro de mi sin parar de moverse ni un momento. Luego la saco y la dirigió a mi clítoris. El pobrecito clítoris aun estaba un poco cansado después del numerito en el camerino de Lucia. Pero no tardo mucho en volver a la vida y enviarme oleadas de placer. Ahora fui yo quien se aparto, quería notar su verga dentro de mi.

Me levante e hice que el se sentara en el borde de su cama. Entonces le di la espalda y me senté poco a poco sobre su polla. Disfrutaba de cada centímetro que se introducía dentro de mi. Cuando me la metí solté un suspiro de placer. Entonces comencé a subir y a bajar, llegando hasta casi sacarla de mi interior pero controlando la situación en todo momento. Comenzamos a movernos simultáneamente. Cada vez los dos nos acercábamos mas al orgasmo, un orgasmo que no tardo mucho en llegar. Después de eso nos estiramos en su cama un rato.

Le dije que había estado muy bien, y que se volvía a pasar por la ciudad, pasaría a verle y seguramente repetiríamos. Después de eso me vestí y volví a la fiesta. Entre toda la gente que había nadie se percato de nuestra ausencia.

La fiesta siguió un largo rato, pero los chicos y yo nos fuimos pronto al hotel, ya que al día siguiente teníamos que coger un vuelo temprano. Nos fuimos cada uno a su habitación. Mientras estaba en la cama, a punto de dormir, pense que a partir de entonces, en cada gira que hiciéramos, tendríamos que incluir esa ciudad.




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