las vueltas de la vida 2
( Relatos Cuerno )


Mi historia con Daniel continua a través de los años, después del inicio de nuestra relación las tuvimos varias escapadas a moteles podría decir nada fuera de lo normal pero el sexo era más que magnifico, esa forma seductora, esa manera de mojarse, como movía sus caderas buscando que la llenara de mi semen. No iremos a un día en especial ella entro a laborar en el mismo lugar donde yo, solo q ella era recepcionista. Un día sala tarde de la oficina ella subió a mi oficina para ver si le podía dar el aventón a su casa. Como ya era tarde en mi oficina no había nadie la hice pasar al privado de mi jefe cerrando la puerta me situé detrás de ella y comencé a besarle el cuello, mis manos acariciaban sus pechos. Una de mis manos se coló por el frente de su pantalón comencé a acariciar su clítoris, ella respiraba profundo restregando tu trasero contra mi pene q pedía a gritos entrar en acción.
Daniel- No calientes lo que no te vas a comer
Yo- quien dice q no me lo comeré.
Desabroche su pantalón a la altura de sus rodillas y un hermoso tanga apareció, mostraba manchas de humedad así q la recline sobre la mesa, le hice el tanga a un lado y mi pene empezó a avanzar dentro de esa húmeda y caliente cavidad hasta llegar al fondo.
Daniel – ahhh.
Yo- no mames estabas bien húmeda
D – así me pones cada vez q estamos solo aaaaah, no sé porque.
Gemía bajito mientra la penetraba despacio pero firme, cada envestida se aferraba firme a la mesa de mi jefe. No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero se me hizo eterno, tuvimos que parar pues podría subir alguien. Nos arreglamos la ropa y salimos rumbo al estacionamiento de la empresa. No avanzamos más de 3 semáforos cuando me dijo.
D – gracias por la cogida estuvo rica
Yo – si pero me hubiera gustado terminar, traigo un dolor de huevos
D – jajá eso se puede arreglar
Sin más me bajo el cierre, con maestría saco mi pene del bóxer y en plena avenida sin más miramientos comenzó a devorar mi pene, tuve que ponerme en marcha el semáforo estaba en verde y ella continuaba sus juegos orales con mi pene. Estábamos llegando a su casa y no quería terminar así q tome una de las salidas de la ciudad para poder alargar el placer.
D – sabía que harías eso.
Aumento su ritmo hasta q no pude más y llene su boca con mi semen, ella en ningún momento se despegó, para cuando lo hizo mi pene estaba flácido y limpio, sonrió
d- gracias por la cena, estuvo deliciosa
Di vuelta en el primer retorno, llegamos a su casa y me dio un beso en la comisura de los labios y se bajó como si nada contoneando ese trasero que tantas ganas tenia de romper.

Los días pasaron y las cenas para Daniel se seguían presentando hasta q por cuestiones personales dejo de trabajar ahí, nos distanciamos por lo mismo, un día me pidió el favor de que le acompañara a comprar los útiles de su hijo que entraba a preescolar. Me presente en casa de su mama cunado la veo salir en un vestido conto por enfrente y largo por detrás, elegante y demasiado sexy.
D – ¿Te gusto mi vestido?
Yo- si
D – mira traigo tanga.
Dijo mientras subía su vestido, eso basto para que corrigiera mi rumbo hacia un motel. Apenas entramos nos besamos como si no hubiera mañana, y fue una cogida bestial.
Una noche me invito ella y su hermana a ver películas el esposo de Daniel estaba de viaje. Cuando llegue a casa de la hermana quería volverme loco, ambas andaban muy ligera de ropa, fue una deliciosa tortura esta entre bellas mujeres y no poder hacer nada al menos eso creía. El hijo de Daniel se despertó y creí que hasta ahí se acababa la noche pero no fue así, la hermana de llevo al niño a su cuarto, dejándonos solo en la sala. Ella se recostó en mis piernas saco mi pene del pantalón y comenzó a chuparme, estaba en el cielo, de pronto paro y me dijo q ya por q podía bajar su hermana y vernos. No me iba a quedar con el calentón y empezamos a jugar luchitas, mi mano se coló en entre su batita y su tanga y a comencé a acariciar ella se resistía, la sujete con fuerza mientras mis caricias hacían efecto y no tardo mucho, ella sola se quitó la tanga se puso de rodilla en el sillón ofreciéndome esa maravillosa vista de una vagina depilada y un hermoso culo.
Continuamos quedan en casa de su hermana en mi hora de comida. En una ocasión mientras su niño veía tele nos metimos al cuarto de su hermana, como el seguro no servía ella se recargo de frente a la puerta, -métemela solo de pensar q te vería estoy muy mojada- me dijo y era verdad. La comencé a meter y sacar aferrado en sus caderas. Ella se movía también y de pronto mi pene se salió y entro en su orificio trasero. De principio le dolió y me quede quieto, pero decidimos intentar y el poco rato ella ya estaba gimiendo, en esa posición con esa vista y esa sensación no tarde mucho en llenarle con mi semen. Me conto q no lo había hecho por ahí y que le había gustado, a los dos días volví y repetimos el sexo anal.

Nos veíamos más seguido inclusive en las mañanas antes del trabajo según salía a correr y me terminaba corriendo en ella. Me esperaban en batas muy chicass y sin nada debajo
Una mañana falte al trabajo y nos fuimos a un motel. Había comprado un dildo de considerable tamaño para esa ocasión, cuando estaba comiendo lo saque sin que se diera cuenta de mi mochila y se lo metí en la vagina su piel se erizaba a cada rato señal delos espasmos de placer. Cuando le estaba dando ella boca arriba de piernas abiertas pensé que era momento de probar su culo de nuevo. La manera de mojarse de Daniel me sirvió a mis propósitos y sin dificultad mi pene desapareció en apretado ano, su cara era de lujuria, tome el consolador y lo metí en su vagina ella había pensado en eso mismo – si eso te iba a pedir – mi pene y el dildo entraban a la vez en sus orificios mientras le decía q imaginara q éramos su esposo y yo- solo Daniel sabrá cuanto orgasmos tuvo esa mañana





Escriba aquí su comentario sobre el relato:

Opps! Debes iniciar sesión para hacer comentarios.

Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
5452

Categoria
Cuerno

Fecha Envio


Votos
0

Relatos enviados por el mismo usuario

5417 - Las vueltas que da la vida