APUESTA DE DOS JÓVENES
( Relatos Gay )


Hola amigos,   yo aquí con un relato más; ahora de mi amigo Juan que cuando me lo envió me gustó mucho y espero que a ustedes más aún. He intentado respetar la mayoría de las cosas que Juan escribió.    El relato trata de la experiencia sexual que surge de una apuesta entre dos muchachos. Este relato es completa y totalmente REAL, no es una invención.
Me llamo Juan y hace algún tiempo cuando tenía 22 años ya estaba casado y laboraba en una oficina gubernamental de mi país junto con mi compañero Julio, de 26 años, soltero, con quien tenía una muy buena relación y nos jugábamos diversos tipos de bromas para salir de lo cotidiano y hasta para divertirnos.
Un día de tantos, por la mañana, empezamos a bromear sobre un tema un tanto sexual, sin imaginar exactamente lo que ocurriría. Yo mido 1,70 de estatura, soy moreno y en esos días era más delgado;   Julio un poco más bajo que yo, blanco y también delgado.
Julio:        Juan, usted por ser moreno debe tener una picha bien grande
Juan:        Pues habría que ver quien la tiene más grande compañero, ¿Quién dice que los morenos somos más pichudos que los demás? Eso depende de cada uno.
Julio:        Pues hagamos una apuesta. Vamos a ver cuál de los dos la tiene más grande y quien gane debe hacer lo que el otro le pida, cualquier cosa
Juan:        Me parece muy bien, ja ja ja . Luego vamos al baño y lo vamos a corroborar a ver quién gana.
Julio:        Y por qué no vamos ahora mismo y salimos de la duda.
Juan:        Vamos entonces,   pero no juntos para evitar sospechas o malos pensamientos,   ja ja ja .

Fuimos al baño y fue Julio el primero en sacar su picha; lo tenía relativamente pequeña pero bastante gruesa, le medía 12 centímetros erecta, mientras que la mía ganó la apuesta ya que mide 15 cms.; 3 cms. más que la de Julio, aunque un poquitín menos gruesa.
Por ser la primera vez que me enfrentaba a una situación como esa y estando ambos con nuestros miembros erectos no me quedé con las ganas y se la toque a Julio pero solo un momento dado el lugar donde nos encontrábamos.
Juan:        Lo siento Julito, le gané la apuesta, ahora deberá hacer lo que yo le pida ¿de acuerdo?
Julio:        Lo prometido es deuda, así será compañero, usted dice lo que quiere que yo haga.

Mientras conversábamos al respecto, llegamos a un acuerdo: el día siguiente llegaríamos un poco más temprano ambos y el pagaría la apuesta que yo impondría.
Al día siguiente, en efecto, llegamos mucho antes de la hora de ingreso y nos fuimos hasta la última oficina, por ser la más discreta.
Yo me sentía asustado y a la vez emocionado ya que iba a pedirle a Julio que se sacara su picha para yo lograr mi fantasía de tener un pene para mí y chuparlo a mi gusto. Julio me dijo que si, se recostó al escritorio, se bajó el zipper, aflojó la faja (correa) del pantalón y éste cayó a sus pies quedando él solo en calzoncillos y con su miembro erecto inclinado hacia la derecha.
Yo me arrodillé enfrente de Julio, besé su calzoncillo pegué mi cara a ese bulto que me tenía en éxtasis.   Luego le baje el calzoncillo y allí estaba ese pene corto y grueso, circuncidado, con la cabeza rosada y sus testículos peluditos.
Me pase esa deliciosa picha por los labios, aspiré su olor, la metí a mi boca, mientras que Julio temblaba y suspiraba casi en shock.   Inició el mete y saca en mi boca, su pene entraba completo hasta mi garganta, y yo lo animaba con mis movimientos para que sus movimientos fueran más rápidos. No duró mucho en que se moviera de manera brusca, su respiración se aceleró y de pronto pude sentir que su semen salía, no en mucha cantidad pero la sensación que logré fue indescriptible.
No puedo olvidar su sabor agridulce, su consistencia espesa, la temperatura caliente, todo eso en mi boca,   que fue simplemente inexplicable, pero no dejé escapar ni una sola gota, chupé y tragué toda esa deliciosa leche de mi compañero.
Cuando ambos logramos reaccionar ante lo sucedido ya estaban por llegar el resto de compañeros. Julio acomodó su ropa y fue el primero en salir de la oficina, luego salí yo a iniciar mis labores.
A partir de ese momento puedo afirmar que gracias a Julio, soy adicto al semen, lo disfruto y siempre quiero chupar la deliciosa leche de otro hombre, es un placer que no es tan fácil de explicar, hay que vivirlo para saberlo.
Julio, donde quiera que estés, te recuerdo…
Si deseas compartir lo que piensas del relato, escribe   y si quieres escribirle al verdadero dueño del relato escribe a jpereza39   Hasta pronto.

                                




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Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
5304

Categoria
Gay

Fecha Envio


Votos
3