MI PRIMA POLITICA ES AHORA MI HEMBRA
( Relatos Confesiones )


Mi primo se casó dos años antes del año en que me casé, nos dejamos de ver mucho tiempo, casi 20 años, cuando nos volvimos a ver conocí a su esposa, una linda mujer, pero yo siempre he respetado mucho a las esposas de mis parientes y amigos; siempre las veo como si fueran hermanas, cuando la conocí me inspiró una gran confianza, por su forma de ser con el resto de personas, muy servicial, muy humanitaria y sincera.

Pasaron dos años y nos veíamos frecuentemente, hablábamos mucho; siempre me comentaba que mi primo la trataba mal, qué el genio de mi primo era muy variable, con el tiempo un sicólogo lo diagnosticó bipolar; pero ella estaba muy enamorada de él, le aguantaba todo; sus insultos y sus permanentes rabietas, diciéndole permanentemente que se iba a suicidar y otros comentarios muy desagradables.

Cinco años después se divorciaron, yo los seguía visitando; cuando él me contó que ya no sentía nada por ella, que se había enamorado de otra mujer, también amiga de los dos (él y yo), de inmediato pensé que era un pobre idiota, no sabía el tesoro que tenía, pero así es la vida.

En uno de mis viajes, comencé a ver a la ex de mi primo, como mujer y obviamente no tuve que esforzarme mucho para admitir que era una mujer espectacular, hermosa, con una cara divina, un pelo, cuello, hombros, brazos, téticas, vientre, caderas, piernas y pies espectaculares y para completar me dieron ganas de orinar y al entrar al baño, vi el canasto de la ropa sucia y en él estaban los calzoncitos que se había quitado antes de bañarse, el pensar en que habían tocado su panochita, me arrecharon y mi verga se me paró imaginándomela desnuda.

Cogí los calzoncitos, estaban húmedos, no de orines, sino de sus juguitos vaginales; los olí y olían delicioso, me forré mi verga y me masturbé pensando en su panochita, hasta que me derramé a borbotones mezclándose mi semen con sus juguitos, tuve un orgasmo espectacular.

Seguí yendo a su casa y un día logré verla desnuda al entrar a la ducha, ella no se dio cuenta de nada, yo seguía satisfaciéndome con sus calzoncitos, pero mi ilusión era conquistarla y hacerla mía; estaba casi seguro de que mi primo nunca la había llevado a tener un orgasmo intenso, porque ella en cuestiones de sexo era muy discreta.

Hace un año, la visité de nuevo y nos pusimos a ver una película, ella se acostó en el sofá y yo me hice en una silla atrás de ella; ella se relajó y abrió sus piernas como en posición de pichar, eso me puso a mil, a pesar de que tenía su falda, le veía yo las piernas y me imaginaba su panochita; me metí la mano y me masturbé viéndola y sintiéndola tan cerca, hasta que me derramé y tuve un orgasmo espectacular.

En otra de mis visitas, me decidí a preguntarle directamente si había experimentado un orgasmo, me dijo que no, que mi primo había sido un amante muy regular y que jamás se había preocupado por dejarla a ella sexualmente satisfecha.

Otro día volvimos a ver otra película en su sala, ella de nuevo se acostó en el sofá, abrió sus piernas pero las dejó más destapadas que la primera vez, el borde de su falda estaba por ahí a unos diez centímetros del borde de sus calzoncitos; eso me arrechó muchísimo, me levanté y me le acerqué, la miré fijamente a los ojos; ella me miró y me ofreció sus labios entreabiertos esperando un beso mío; de inmediato le tomé su cabeza en mis manos y la besé metiéndole mi lengua y ella me la mordió muy suavemente y me pasó la lengua, dándonos un beso lleno de pasión, bajé mi mano derecha y le apreté su pezón, le acaricié sus dos téticas y le besé el cuello; eso la puso arrechísima, me dijo: “quiero que me hagas tu mujer”, bajé mi mano y le levante el resorte de sus calzoncitos, metí mi mano y le toqué su panochita, tenía los labios mojadísimos, le metí primero un dedo y entró muy fácil porque estaba bien lubricada, le metí dos dedos y la comencé a masturbar, mi verga estaba a mil, me quité mis pantalones y le quité a ella sus calzoncitos, frente a mi tenía la panochita más divina que había visto en mi vida, con unos pelitos rubios, suaves, unos labios rosados hermosos, le chupé su cuquita deliciosamente hasta que la hice llegar a un orgasmo en el que le temblaba su vientre y su huequito vaginal se contraía pidiéndome que la penetrara con mi verga que la tenía a punto de explotar; muy suavemente le puse mi glande en su huequito y lo empujé, la penetré muy fácil, hasta que mis pelotas tocaron el su culito, la penetré y salí muchas veces siempre pensando en llevarla al orgasmo, hasta que comenzó de nuevo a vibrar su estómago y a contraerse su vagina, sentía que me succionaba mi pene, así llegamos a un orgasmo delicioso; caímos rendidos del cansancio y nos besamos, fue así como mi prima política es ahora mi hembra.




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Codigo do Relato
3976

Categoria
Confesiones

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