Las historias de Katy (III)
( Relatos Confesiones )


Prácticamente saltó de la cama, tiró el ordenador al suelo mientras presa del pánico se vestía con vaqueros y se repetía a sí misma, -No puede ser, no puede ser, es imposíble..-. Bajó a la cocina a por un cuchillo de cortar largo y grueso y hecha un flan se dirigió a la puerta. miró por la cerradura y se le hizo un nudo en la garganta. Era Sarah su amiga del alma.

De repente le empezaron a temblar las piernas, se tambaleó para mantener el equilibrio y casi se le cae el cuchillo. Empezó a reír de forma histérica mientras se recuperaba del susto y le abría la puerta a su amiga. -Joder! que susto me has pe..-. No pudo acabar la frase, Nelly se le echó encima llorando a moco tendido mientras le repetía -No me quiere! ese cabrón engreído no me quiere!- decía entre sollozos.

La acompañó al sofá y fue a cerrar la puerta, vio como un hombre vestido de traje negro giraba sutilmente hacia el ascensor, se parecía mucho a su vecino, cerró la puerta y se dispuso a hacerle un té a su sollozante amiga.

Estaba destrozada, el chico del que estaba colgada la había rechazado tirando por los suelos todas las ilusiones y dejándola emocionalmente resentida y rota. A Katy solo le parecía otro desengaño amoroso más y mientras su amiga hablaba no dejaba de pensar en lo sucedido con “El Club”.

Cuando por fin consiguió calmar a su amiga le ofreció que se quedara a dormir con ella, que aunque su piso no tuviera habitación de invitados, siempre podrían dormir juntas en la misma cama pues tenía espacio de sobra para que durmieran cómodamente las dos. Ella aceptó, no era la primera vez que dormían juntas y Sarah se sentía muy a gusto al lado de Katy.

Katy por su parte siempre había sentido algo especial por Sarah, no era amor, su sentimiento era más como el de una hermana, una hermana un poco pervertida. Su amiga siempre había despertado en ella una sensación de morbo y atracción que llevaba en secreto y la espectativa se volvía todavía más perversa al saber que ella estaba en un momento débil y quizás con unas copas de más.. Katy putón había tomado el control. -¿Te apetece algo de beber?- le preguntó sin pensar. -Vale, supongo que me vendrá bien un poco de alcohol para olvidarme de todo esto- respondió Sarah. Katy putón se frotaba las manos mientras gestionaba unos mojitos bien cargados. De todas formas pensó, a ella también le iría bien desconectar un poco y no pensar en sus sesiones de la deep web.

Sin saber como, estaban en la cama mojito en mano y sin pijama las dos, solo conservaban las bragas, sentada una enfrente de la otra mientras recordaban momento de la infancia. Katy quería abalanzarse sobre su amiga y comerla entera pero tenía tanta indecisión.. ¿Podía eso tirar su amistad por los suelos? se preguntaba mientras se mordía el labio inferior con cara de deseo. -¿Katy ocurre algo?- pregunto Sarah. Se había dado cuenta de que no la escuchaba, la expresión de su amiga se había vuelto lasciva y la pregunta le salió fruto del deseo, pues ella también tenía sensaciones internas para con su amiga que estaban latentes esperando el momento.

-No.. bueno sí, verás Sarah.. somos amigas y..

De repente Katy putón tomó las riendas, se levantó despacio y sensualmente se acercó gateando el medio metro que las separaba y tras poner sus labios a escasos centímetros de los de su amiga le susurró: -Me pones Sarah, me pones muchísimo y quiero tener sexo- hizo una pausa sensual. Sarah tenía los labios abiertos sin darse cuenta y sus ojos brillaban, no lo podía creer, estaba en shock, en esos precisos instantes el mundo se paralizó y una ola de calor le recorrió el cuerpo rozando sutilmente su entrepierna, acariciando sus pezones duros y provocándole un escalofrío eterno. Katy vio como su amiga estaba receptiva y leyó los signos de su cuerpo, los labios abiertos, los pezones endurecidos, sus ojos brillantes.. recorrió los últimos centímetros que las separaban y la besó de forma tierna, lenta y sensualmente. Se le cerraron los ojos a las dos mientras Katy echaba a Sarah hacia atrás y se colocaba encima de ella.

Durante el cambio de posición frotaron inesperadamente sus pezones y eso acabó de encender a Katy putón que tenía el control total de la situación. Empezó a subir la temperatura y aprovechando los contoneos de su amiga le quitó las bragas, se quitó las suyas y empezó a besarla por la tripa. Sarah no era capaz de procesar tantas sensaciones juntas, el alcohol la ayudaba, pero estaba en uno de esos momentos en los que su cuerpo no sabía si correrse debido a la tensión sexual o de temblar de miedo. Katy jugaba con ella, la besaba alrededor de su clítoris mientras le acariciaba los senos suavemente y eso la calentaba de una forma que nunca había experimentado. Por un lado quería que se lo comiera pero por el otro quería mantener esa sensación de deseo ansioso eternamente. Katy putón se dejó de juegos y empezó a lamer el sexo de su amiga de forma suave y contundente, la lamía de abajo a arriba, rodeaba su clítoris, lo chupaba… Sarah se corrió como una campeona, se produjo un silencio bloqueante, aguantó la respiración mientras se quedaba tensa e inmóvil esperando que el orgasmo se apoderase de ella.

Gimió lentamente y con profundidad, tubo un orgasmo muy fuerte y lento, volvió a respirar mientras sentía que todas sus fuerzas se desplomaban en la boca y los dedos de Katy. Su cuerpo temblaba como un flan y jadeaba sudorosa mientras se estabilizaba.

No hubo pausa, a Katy le goteaba un hilo de flujo deseoso de placer que caía inocente sobre sus sábanas. Quería tener su orgasmo y lo quería ya. Sin mediar palabra cogió a su amiga, se sentó en la cama abriendo sus piernas y le puso la cabeza a la altura de su babeante sexo. De forma automática Sarah empezó a repetir con extrema similitud los movimientos que su amiga le había regalado anteriormente. Katy le cogía suavemente del pelo mientras se arqueaba sin control sintiendo el trabajo de su amiga, su amiga del alma que ahora estaba donde ella la había querido tener durante tanto tiempo.

Se apoyaba con sus pies forzando el dibujo del puente mientras subía y bajaba su pelvis a un ritmo lento y exagerado. Sin darse cuenta sintió como la fuerza de un devastador orgasmo se asomaba a su cuerpo, se paralizó entera, puso los ojos en blanco y cuando el orgasmo empezó ser dueño de su cuerpo se arqueó violentamente hacia delante mirando con los ojos muy abiertos a su amiga pegada a ella. Gimió, gimió muchísimo mientras contemplaba el cuerpo sensual de su amiga, mientras sus miradas cómplices se cruzaban. Katy tubo un orgasmo distinto, diferente, más femenino que de costumbre, suave y sensual, devastador.

No mediaron palabra, Sarah se abrazó a Katy y cruzó sus piernas con las de ella, se taparon con las sábanas y tras darle un beso sensual en el cuello le susurró: – Gracias-.

Aquella noche durmieron del tirón y Katy no pensó en “El Club”.

Continuará… (todos los viernes en eroticbox)




Escriba aquí su comentario sobre el relato:

Opps! Debes iniciar sesión para hacer comentarios.

Detalles



Nombre do Relato


Codigo do Relato
2953

Categoria
Confesiones

Fecha Envio


Votos
1

Relatos enviados por el mismo usuario

2878 - Las historias de Katy
2897 - Las historias de Katy (II)