hola
( Relatos Amor Filial )


Hola, cómo estás ?

Desde el momento que di los primeros pasos con los zapatos blancos con tacón
Supe que mi vida cambiaba por siempre. Mi cuerpo adoptaba con total naturalidad
El cimbreante andar de mis caderas. Los 7 centímetros de los tacos bastaban para realzar mis largas piernas y sobretodo mi cola. Una ola de agradecimiento a mi querido tutor me hizo correr al teléfono.
Hola, cómo estás?
Hola, cielo, - su voz, esa voz me hacía estremecer de emoción – cómo estás tú…
Ay - suspiré, - te llamo parada en mis tacones blancos…
Si? – dime, cómo te sientes?
Sólo te diré lo que tú me dijiste “póntelos y sabrás definitivamente, quién eres”
Mmm – así es – su voz tranquila, profunda, sabia – pero, aún no me dices quién me llama…
Marian, tu Marian te llama… incrédula de mi propia voz, la sentía salir de mis labios, suave, cálida, sensual.
Sí, Marian, te mando un beso..
Sentí en mi oreja ese beso y se devolví con todo mi amor.
Marian, amor, te paso a buscar a las 3, ok?
Te estaré esperando con ansias.
Seré puntual, - le escuché sonreír, besotes amor.
Besitos, amor, bye.
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Mi niñez y prepubertad habían estado marcadas por la trágica muerte de mi padre en un accidente aéreo a mis 4 años y la sobre protección de mi madre y de mi tía Belinda, prima de mi madre que recuerdo estuvo con nosotras durante 3 años, hasta que se fue a un país lejano. Julia, mi madre es una mujer hermosísima, y es mi ídolo, de largos cabellos negros ondulados que acostumbraba a llevar atados a su nuca, cuerpo esbelto de largas piernas, piel morena, pómulos altos,, grandes ojos negros de mirada soñadora, boca de gruesos labios. Desde chico mis familiares decían que yo era un clon en rubio, nuestras facciones, nuestras manos, en fin, había heredado de mi padre su blanca piel y el rubio de sus cabellos. Todo este entorno familiar tan afable se contraponía con las difíciles relaciones tenía en la escuela, “la nena”, la hijita de su mamita” eran los apodos que me soltaban los compañeros, yo a menudo terminaba llorando, encerrado en los baños. A mis 12 años, mi cuerpo se había ido desarrollando en forma diferente a los otros chicos, particularmente mis pechos y mis caderas se me habían ido desarrollado de tal modo, que llamaba la atención de mis compañeros. Esta situación me complicaba, me juntaba habitualmente con las otras chicas y entre ellas me sentía muy a gusto, ya que me trataban como una más con ellas. Charlábamos de muchos temas, uno de sus temas recurrentes era lo relacionado con el sexo, eran muy curiosas y yo aprendía mucho con ellas, las más precoces ya habían tenido su primera menstruación. Se sentían muy importantes, habían dejado de ser nenas y ahora ya eran mujercitas, podían procrear y al mismo tiempo debían tomar precauciones. Hablaban del sexo oral con sumo entusiasmo, la mayoría lo había hecho ya. Yo escuchaba todo y en silencio me imaginaba en esas situaciones. Pero no tenía con quien conversar de esto.

La ausencia de padre había sido suplida en todo por ella, a su manera. La familia de mi madre era de costumbres muy conservadoras, de altos recursos económicos y apegados a la religión católica: Mi madre como viuda joven era muy vigilada por los demás miembros de la familia, sin embargo su formación universitaria le había dado un status como abogada que le permitía darse la libertad de ejercer su profesión. Nuestra relación era muy diferente a lo que escuchaba de mis amigas. Desde la muerte de mi padre compartíamos muchas noches su dormitorio, en la gran cama mientras ella leía yo me entretenía jugando y luego más crecido veíamos juntos la televisión hasta que yo me dormía en sus brazos. Las conversaciones con las chicas me tenían bastante intrigado e inquieto, en especial cuando Emilia una chica de la escuela, me preguntó si mi madre se masturbaba. Le respondí que no sabía, seguro que lo hace cuando se baña., me respondió, una mujer joven y hermosa sin novio, cómo crees que se aguanta las ganas, jejeje... Nunca había pensado en eso, y mis ojos empezaron a verla de manera diferente. De hecho, no había hecho ninguna relación entre esos largos baños de espuma que acostumbraba darse, a lo menos, una vez a la semana, con esto de la masturbación.
La veía ahora sentada ante los espejos de su tocador cepillándose su sedosos cabellos, me levanté de la cama, mamita, ¿quieres que te los cepille?..Ay, que lindo eres, mi amor, mientras se los cepillaba, en el espejo se me mostraba una mujer relajada, los finos tirantes de su camisa de dormir dejaban al desnudo la sedosa piel de sus delicados hombros y de sus senos plenos, de una piel más clara, ¡qué hermosa eres mamita! Ella dobló su cuello y me besó la mano, eso dices porque me amas mucho, mi cielo, bueno, claro que te idolatro, mamita, pero además todos lo dicen, sí, me preguntó con un mohín coqueto, ¿quién lo dice, mi vida? Pues mis amigas de la escuela, Emilia, Jacinta, Andrea, además que me he fijado como te miran los hombres en la calle, ante mis comentarios ella se miró en el espejo, irguió su torso, los pezones marrones parecían romper la seda, uff, mamita, que cuerpo que tienes!!, ay, vida mía, me averguenzas, y cruzó sus brazos sobre su pecho, ¿estas muy crecido, eh?, mamita de eso tengo que hablar contigo, ¿qué pasa mi amor?, volvía a ser mi madre, la consejera, mi paño de lágrimas desde siempre, nos sentamos en la cama, mi cuerpo me da problemas, los chicos me dicen que soy una nena!! Y solté el llanto, ¡mi amor, qué cosas dices! La verdad, mamita, algunos se burlan de mí, pero mira, y me puse de pié, me abrí el pijama, ¿estos senos acaso no son de chica? Y bajando el pantalón, ¿estas caderas? Le interrogaba entre llantos, ¡mi amor! Ven acá, y ella también lloraba conmigo. ¡Me siento tan culpable! ¡Mamita, qué dices!
Y ahora era ella la que se desataba en llanto, al rato, se tranquilizó lo suficiente como para decirme, cada vez que te encuentran tan parecido a mí, siento un dolor muy profundo en mi pecho, mamita, me encanta que digan que soy semejante a ti, sí, mi vida, te creo, pero, sabes, ¡apenas te engendré deseé que fueras una nena! ¡ya ves! Lo que he causado, te he criado como a una chica, mi Marian, es que eres una belleza, ¿eres muy infeliz, mi amor?, sabes, mamita, siento tanta confusión… mamita, cuando las chicas hacen sus confidencias me siento tan identificado con ellas, me observaba en silencio, expectante, cuéntame, mi amor, qué sientes, abre tu corazón a mamita que te adora, ven , metámonos bajo las sábanas, así, ven apóyate en mi pecho, te quiero tanto, yo también, mi amor, sabes, cuando las chicas hablan de cómo se dan placer, como se acarician sus senos, pues yo siento también sensaciones muy ricas, es normal, mi amor, ¿ves? ¿Tú sientes lo mismo?, sí, mi amor, lo que pasa es que en los pezones tenemos un sin número de terminaciones nerviosas, ah, pero es que soy chico, mamita, tengo, esto, y le mostraba mi pequeñísima verga, que apenas similar a un dedo de un hombre , sí, mi vida, pero debo decirte algo que yo creo muy importante, Escúchame, mi vida, nuestras emociones, que son lo más valioso que podemos tener no dependen de si tenemos un miembro viril o una vulva, sino que nuestras emociones, nuestro afecto, nuestro amor, nuestros deseos dependen de cuán hermosos somos como personas, ¿me entiendes? … bueno, sí me parece que sí..- nos quedamos en silencio, yo trataba de procesar lo que me había dicho, ¿eso quiere decir que lo que pueda sentir en mi cuerpo se forma en mi mente?, en tu mente y en tu corazón, si lo que deseas es lo que deseas en tu corazón y en tu mente, y eso no daña a nadie, todo, todo está bien, mi amor, quiero preguntarte algo, yo, me dijo, si mamita, todo lo que quieras, me ayudas mucho, no sabes como me alegro, mi vida, dime, ¿te gusta tu cuerpito más allá de lo que puedan decir esos estúpidos? sí, sí, mamita, y te voy a decir un secreto, no todos me dicen cosas tontas,   ah, musitó mi madre, ¿qué otras cosas te dicen, amor?, ¡nenita rica, estás para comerte!,y sabes, te confieso que hay un chico que me gusta , le dije sonriente, ella estaba callada, ¿eso está mal, mamita?, amorcito, cuando dices que te gusta ese chico, explícamelo, ah, siento lo mismo que dicen las chicas que sienten, que sueñan con él, que son besadas, que el chico las abraza, eso me gusta mucho , eso me pasa, mamita, ¿eso es malo?   no, no, parecía estar pensando en algo, me dices que no pero no estás convencida, ¿es eso?, no, mi vida, estoy pensando que esta conversación que tenemos es muy importante, y sé de una persona que te puede ayudar mucho mejor que yo,   .. Ah, no, no, sólo confío en ti, mamita, solo en ti, me haces muy feliz, con lo que me dices, pero soy tu madre, y hay algunas cosas que debes conversar con otra persona, que nos puede ayudar a mi también, ¿con quién? con Germán, ¿ él, mi profesor de música?, sí, el mismo, te diré que confío en él como persona, es muy agradable, mmm, me `parece que te gusta, ¿no? le dije con picardía, no, no , respondía ella con voz no muy convincente,   jejeje, pillina, ¡dime la verdad! Y le empecé a hacer cosquillas, cosa que no podía soportar,   no, no, por favor, mi amor, no .Yo la tenía atrapada entre mis piernas. . Si, si, dime, ¿te gustan esos ojazos negros?, ella se retorcía, los tirantes de la camisa ya bajados, sus senos salidos del escote,   espera, espera, me dijo aún riendo. Yo suspendí las cosquillas, ¿me lo dirás? ¿esos ojazos negros? .mmm, me parece que es a ti a quien le gusta, pillina, jejeje ,.era la primera vez que mi madre me hablaba de mis deseos femeninos,   no, no, jejejeje , a que sí, jajaja, volví a las cosquillas, ella trataba de defenderse, dime, de una vez, jejeje, ¿te excitas pensando en él? Yaa, yaa, para, por favor, la dejé, y me tiré a su lado, en la cama, acezando, sin parar de reír me dijo…Mmm, no está mal, si, me gusta, jajaja, ¡mamita linda! Eso quería escuchar de ti   … ¡Te amo tanto!

Y la abracé apoyando mi cara en sus senos que subían y bajaban al ritmo de su agitado pecho, encima de mis ojos tenían esos pezones erguidos, ¡ uuu, que duros se te pusieron, mamita! .. Sí es verdad, dijo ella inclinando su cabeza y se tomó un seno, ¿es aquí donde se concentran esas cosas que dijiste? jeje, sí .. Las terminaciones nerviosas, ah,¿ puedo, mamita?, su mirada cariñosa y su bella sonrisa me dieron el permiso, suavemente apoyé las yemas de mis dedos en el entorno del pezón – las conversaciones íntimas de mis amigas me guiaban , empiezo por el entorno, después el mismo pezón me lo pide porque se pone más duro – me mojé los dedos en mi saliva, me di a rozar todo el contorno oscuro, mmm, que rico lo haces, mi amor, ¿sigo?, espera, me incomoda la camisa, y a mi el pijama, reímos, .. Así, mi amor,.. si, mamita, así, ella volvió a quedar tendida y mis manos en sus pezones, rozaba la piel de todo el seno, de uno pasaba al otro, mmm, suaves gemidos de ella, -primero, los dedos, y después,… unos labios besando suave - , mis labios húmedos en todo el seno, subía hacia su cuello, bajaba hacia el otro, sentía el aumento de la turgencia de los pezones, mis labios en ellos, primero en el izquierdo y luego me iba al otro, así, así, repetía ella en susurros, si, mamita, lo que digas, - lo tomas entre sus labios y lo aprietas,- tomé su pezón más próximo entre mis labios y los apreté en su carne endurecida, ah, ah, gimió mi madre y todo su cuerpo se estremeció, sus piernas se abrieron juntándose a las mías, solté la presión de mis labios y saqué la lengua, se lo lamí, ohh, ohh , mi amor, mi vida, qué me haces, ahh, la veía retorcerse, con los ojos cerrados, estás sintiendo , mamita?, sí, sí, solo murmuraba, encerré el pezón en mi boca y se lo chupé, ooh,ohh,   sus caderas oscilaron y sus piernas agitadas bajaron las sábanas a la altura de su vientre, me gusta mucho, mamita, goza, mi amor, ya te lo haré a ti, pero , por favor sigue, más, con gusto, mamita, succioné esos pezones que me habían alimentado cuando bebé y ahora me causaban una gran excitación, más al ver que mamita tenía sus dos manos entre sus muslos, su espalda se curvaba sobre el lecho, sus manos afanadas en su entrepiernas, la boca abierta gimiendo, gimiendo, más, más, así, así, mi boca recorría su piel sudorosa, subía a su boca, bésame, mi amor lindo, .ah, tu mamita, tu mamita, yaa, yaa, lanzando un alarido, quedó tensa y curvada un instante su cuerpo solo apoyado en su cabeza y sus caderas y luego cayó sobre la cama, su cuerpo estremecido por espasmos, sus ojos cerrados, su boca abierta, gimiendo, gimiendo, ah, qué placer, qué gozo, susurraba entre gemidos.
Qué egoísta he sido, mi amor, aún no te he dado nada, pero es que ha sido tan inmensamente rico, ahora seré yo quien te dé todo lo que desees, espérame, voy por algo para beber, te traigo tu Coca –Cola, no me demoro, me dijo mientras desaparecía.
No alcancé pensar en nada cuando ya aparecía con la bebida y una botella de whisky, me lo merezco, jeje, brindemos por nosotras dos, mamita, me haces tan feliz al llamarme como a una chica, soy tu Marian de siempre…sí, mi amor, chin, chin, brindamos. Qué sed tengo, parece que me tomaré todo, jejeje. Mamita, me encantas, estás tan juvenil, tan fresca, me siento así, mi tesoro, el placer me hace tan bien, después de depositar el vaso vacío en la mesita se dio vueltas hacia mí.
Dame esos pechitos tan preciosos, Marian, mi tesoro, sus manos me acariciaban ahora a mí, tendida con mis ojos entrecerrados comenzaba gozar bajo las manos de mi madre, que bella piel, tesorito mío, tan bien formados que los tienes, la lengua me recorría un seno, uuu, qué rico se siente, la lengua se iba al otro, sentía escalofríos que me hacían temblar y cuando los labios me chuparon mis pezoncitos, solté un hondo gemido, sí, sí,



es rico, no es verdad, ay, mamita, demasiado, espera, tesoro , recién estás sabiendo lo que es gozar como una nenita hecha para el amor, sus manos recorrían mis caderas mientras su boca seguía dándome gozo en mis pezones, sus manos me apretaban las nalgas, ah, ah, qué rico eso, mmm, gusta, eh, mucho, ponte de bruces ahora, le obedecí, ella se sentó piernas abiertas sobre mis nalgas, sentí su sexo mojado en mi piel, sus manos me acariciaron los hombros, separó mis largos cabellos, dejando mi nuca al desnudo, sentí un estremecimiento que me hizo saltar cuando su boca me dió un profundo beso en mi nuca, una llamarada de fuego se expandió por toda mi espalda hasta mi ojete, la boca abierta y húmeda en mi espalda, me subió los brazos y su lengua me lamió las axilas, uuu, que rico, grité, este es un de las zonas erógenas menos conocidas, qué rico es, ¿no? Sí, sí, exclamaba yo, sus muslos moviéndose contra mis nalgas frotaban su vulva en ellas, mmm, qué rico, dijo ella, ¿estás gozando tanto como yo? Mucho, mi amor, esto jamás lo había hecho y qué rico se siente, me susurraba, mientras se frotaba allá abajo, cada vez con más fuerza, ah, ah, y contra mi piel sentía una dureza, me volví hacia ella, mamita, que tienes ahí que siento una dureza, es mi clítoris, tesoro,¿lo tengo muy desarrollado?, mamita, por favor, permíteme , si tesoro, lo que me pidas, .. Me di vueltas entre sus piernas acercando mi cara a su vulva, mamita se movió hacia mi cara, con ambas manos se abrió la vulva, ves, amor, arriba es mi clit, oh, sí, dije atónitamente veía por primera vez esa vulva, mojada toda, roja, rodeada por esos labios hinchados que , como decían las chicas, se ponían así cuando estaban muy excitadas, y si, arriba, por sobre los pliegues había una sobresaliente masa de carne dura, ay, que lindo es, ¿puedo? hazme lo que quieras pero suavecito, corazón, así como me lo hiciste en los pezones, sí, ya sabía yo como les gustaba a las chicas, ya que ese clit era muy sensible, acerqué mis deditos y rocé su entorno, ah, ah, si, si, así, justo así, lo rodeé, sus caderas oscilaban, reemplacé sus manos por las mías, tocar esa piel mojada de sus jugos que empapaban mis dedos, me los llevé a mi boca, mmm, que ricos tus jugos, mamita, dámelos, dámelos, mis dedos intrusos exploraban toda su vulva sin pasar por la cabecita de su clit, se lo tomaba en su raíz, ah, ah, ahí, sí, sí, gemía mi madre, chúpame, chúpame, me rogaba, puse mi boca abierta abarcando su clit, lo encerré entre mis labios, y se lo chupé, mi madre se movía toda, sus caderas, sus uñas se enterraban en mis hombros, lo lamía, y luego volvía a chupárselo, una y otra vez, una y otra vez, sus gritos eran cada vez más agudos hasta que se convulsionó entera y caímos abrazados sobre las sábanas, su sudor se mezclaba con el mío, su boca se fundía con la mía. Ahora, quiero hacértelo, a ti, mi linda Marian, y su boca bajó hacia mi pequeña verguita, mmm, está durito, sí, mamita, como el tuyo, sí, tesoro igual, y sus labios me la encerraron en el interior de su boca, qué goce, su boca me bañaba en su saliva, su lengua me daba lamidas que me hacían estremecerme toda, mis nalgas subían hacia su encuentro, mmm, como se te endurece, amor, estas riquísima, me sentía una chica gozando , sus manos se encontraban con las mías acariciando mis pezones, me los retorcía, sí, sí, musitaba yo, mamita, siento rico, todo mi cuerpo me parecía estar gozando, estremecimientos me recorrían entera, cada vez más violentamente, dame, tus jugos, amorcito, si, si, ya viene, ya viene, su boca me succionaba toda mi verguita, mi clit desaparecía en su boca, ah,. Ah, gritaba yo enloquecida, presionando su cabeza contra mi vientre, ah, ah, sentía chorros que salían de mi clit en la boca de mi madre.
Adormecidos nuestros cuerpos, saciadas nuestras ansias nos quedamos en silencio por un largo rato. Fue ella la que me tomó la mano, Marian, mañana hablaré con Germán. Bien, mamita adorada, lo que tú digas. Esta ha sido la más hermosa noche de mi vida, para mí también, tesoro mío, buenas noches, Marian. Nos dimos un beso y nos dormimos.
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Al día siguiente Germán entro en nuestra casa, en nuestras vidas y… en nuestros cuerpos.
Germán era un hombre joven de 34 años, de una gran vitalidad y simpatía. Era nuestro profesor de música y demostraba una gran sensibilidad. Aparte, tenía unos ojos negros intensos, cuando te miraba parecía desnudarte. En la escuela todas las chicas estaban enamoradas de él, y se decía que la directora mantenía relaciones secretas con Germán, no sé si serían solo habladurías, pero igual era lejos el hombre más delicioso de toda la escuela.

Nos saludó apenas llegar y sus negros ojos parecieron abrirse aún más. Adelante, don Germán,.. No, por favor, Julia, dígame Germán no más, no soy tan viejo, jajaja
Su risa nos relajó a todos. Ese día inolvidable, él llegó en su moto vistiendo un jeans y una camisa floreada abierta que dejaba ver su cuerpo de piel blanca y de abundantes vellos en su pecho. Su pelo negro ondulado, desordenado por el viento le daba un aspecto muy juvenil, la actitud formal de mamita no era más que un disfraz para ocultar su atracción por ese hombre., sus manos largas y finas que jugaban con su collar sobre el profundo escote del delgado vestido de verano, me revelaban su verdadero estado.
Yo llevaba jeans ajustados y rebajados y una blusa de seda blanca de tirantes que resaltaban mis formas femeninas, el cabello suelto sobre mis desnudos hombros. Pasamos al salón, Qué le ofrezco, la mirada de Germán paseándose por el cuerpo de madre parecía decirlo, una bebida, cerveza, mmm, una cerveza bien helada sería muy bienvenida, gracias. Tú, mi amor, lo de siempre, si, mamita, una Coke. Bueno, voy por las, hoy estamos solas en casa. Quedamos solos, Germán me miraba fijamente con una expresión de real asombro y con una sonrisa cautivadora, yo le miraba tímidamente, por favor, date una vueltita, yo le obedecí radiante, quería verme toda, era obviamente la primera vez que me veía como Marian, eres muy preciosa, querida Marian, dijo al tiempo que volvía mi madre.


Mamita volvió, y pasándonos las bebidas, dijo, pero por favor, tome asiento.


Germán sentó en un sillón y nosotras en el sofá frente a él. Bueno, usted dirá Julia. Bien, dijo mi madre cruzando sus piernas, los ojos de Germán no fueron indiferentes a sus muslos que se mostraban desnudos, esta conversación debiéramos haberla tenido mucho tiempo antes, como me lo ha recomendado mi terapeuta, perdón quién es ella, la voz ronca de mi profesor, ah, Esther M,.no sé si la conoce, no, no importa, siga, por favor, pero soy una cobarde, es verdad, yo le tomé una mano, es verdad, querida hija, te he expuesto a la cobardía y prepotencia de esos estúpidos que te maltratan con sus dichos, y todo es culpa mía, sólo mía , parecía iba a llorar, pero se sobrepuso, mire, Germán necesito que nos ayude a ambas, a mí a tener el coraje de enfrentar la vida tal como es mi hija y como soy yo, y a Marian a asumirse tal y como ella quiera ser , no sé si soy clara, pregunte usted lo que desee ,G ermán se sirvió su cerveza antes de hablarnos.
Agradezco sinceramente la confianza que ambas han depositado en mí, me siento muy halagado y al mismo tiempo muy comprometido. Como sabéis, mi especialidad, además de la música, que es mi pasión, es la orientación sexual de chicos y chicas. En ese sentido, podéis contar con toda la capacidad que pueda disponer. Eso en primer lugar, pero además, usted ha sido además de clara de un tremendo coraje, Julia, qué mujer en su lugar, sola, quiero decir sin un marido que pudiera haber compartido la crianza de Marian, sin embargo, usted ha buscado ayuda, primero con su terapeuta y ahora conmigo, y eso, Julia, significa que usted ama, ama incondicionalmente a su hija los bellos ojos de mi madre se llenaron de lágrimas,. Nos abrazamos, es lo único que tengo en la vida, y gracias a ella he podido seguir adelante.
Germán nos miraba, permaneció en silencio, y luego, nos dijo, una cosa más, lo más importante es la confianza entre los tres, me doy a entender, ambas asentimos al unísono, quiero decirles , de todos modos, lo siguiente, todo lo que conversemos, todo lo que pase en este proceso – después veremos por cuánto tiempo – será sólo conocido, sólo entre nosotros. Y lo último, tendré sesiones separadas con cada una, al menos en un comienzo, y cada una de ustedes, me tendrá que dar su autoridad explícita de poner en conocimiento de la otra lo que deseen comunicarse, ¿está suficientemente claro?    Ambas volvimos a asentir en silencio. La risa franca de Germán nos hizo reaccionar, pero, ¡digan algo, chicas! Ambas nos unimos a su risa, pero claro, yo al menos acepto todo, yo también, dije yo.
Nos pusimos de acuerdo en las cosas prácticas, las sesiones serían en su consulta, mi madre sería la primera en ir, para tener un panorama más amplio, yo a partir de ahora, tendría clases particulares en casa, sí siempre como Marian. Nos despedimos de beso.
Esperamos ambas, abrazadas, que él se subiera a su moto y se fuera, entramos en casa felices.
¡Cómo te amo, Julia! ¡Y yo a ti Marian! Estábamos solas en casa, nos sentamos en el sofá, me abalancé sobre ella, ¡Cómo te miraba el escote! ¡Se le salían los ojos! Nos reímos antes de fundir nuestras bocas..




   




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1194

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Amor Filial

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